A María Vergara todos la conocemos como María Wabi Sabi, @mariawabisabi. Porque Wabi Sabi se llamaba el espacio que creó en pleno centro de Sevilla, donde la cultura y el arte se daban la mano con la artesanía y el diseño. De aquella etapa quedan, además de una interesante experiencia, las dos íes que conforman el logo de su nueva aventura empresarial «iiBAG», unos bolsos hechos a mano en Ubrique, la localidad gaditana cuna por excelencia de la marroquinería. Unos bolsos cien por cien españoles.
Con María Vergara se aprende. Se aprende a aceptar la vida tal y como viene. Es de El Viso del Alcor, visueña, y dicen que los visueños son tela de listos y tela de trabajadores. Nunca lo he puesto en duda viéndola actuar. Hasta que llegó la pandemia y mandó parar, María se dedicó a ejercer su profesión de decoradora de interiores, que combina a la perfección con la de diseñadora gráfica. Los apartamentos turísticos echaron el cierre y ella decidió volver al diseño de bolsos y crear su marca «iiBAG».
«Están hechos a mano en un taller familiar de Ubrique. Allí cortan la piel, la cosen y montan el modelo. Es una colección pequeña, de tirada limitada. Son piezas únicas hechas a mano con cariño, una manera también de darle a los oficios el valor que tienen. Si nadie apuesta por ellos, acabarán extinguiéndose. Por ahora sólo he lanzado un único diseño en tonos marrones. Por un lado es más claro y por el otro, más oscuro. Sí, color champán y cognac. Es un bolso muy versátil. Te lo puedes poner para ir a trabajar o para asistir a una fiesta. Y además es intemporal».
«Es cómodo, tiene el tamaño justo para llevarlo en bandolera con la cadena, como bolso de mano o cogido por la pequeña asa dorada». Un bolso que da mucho juego, muy apropiado para este tiempo de racionalizar el consumo, y que se vende por internet desde su cuenta de Instagram @iibag_bolsos. «Me encanta lo retro, lo vintage, los locos años 20, los cincuenta, los setenta. Busco inspiración en el pasado, porque lo clásico va con todo, pero siempre procuro que mis diseños sean funcionales. Un diseño que no es funcional no es un buen diseño. El arte no tiene que ser funcional, pero el diseño, sí».
«Un bolso es una necesidad, pero también un adorno. Su cometido es completar un «look». Claro que a veces se lo carga. De ahí la importancia de saberlo combinar. El modelo que abre mi marca «iiBAG» es un básico, no pesa nada, la piel de vacuno es ligera y de calidad, lleva la marca Ubrique. Las piezas buenas se notan, por eso me gusta la campaña de Adolfo Domínguez en la que se valora la calidad de las prendas de hace cuarenta años. Es una manera de educar a la gente en el consumo responsable. Mi bolso es una pieza única, ¿cómo va a ser igual que los dos millones que sacan en serie?»