Sevilla tiene un bolso de Loewe

Pues, hala, Sevilla ya tiene nombre de bolso de Loewe.  Una ciudad misteriosa, embrujadora (sin alusión a los tópicos) embrujadora por derecho propio; embriagadora en primavera y apetecible todos los días del año, ha dado nombre a un complemento de Loewe. La firma de lujo española por antonomasia bautiza un bolso, un accesorio con una aureola enigmática, con el nombre de una ciudad paradigma de la atracción.

Sevilla, como Loewe, ha tenido sus altibajos. Estuvo cuidada; se durmió en los laureles; más tarde dejó que florecieran sus naranjos; después, las naranjas nos salieron más amargas de la cuenta… Pero Sevilla remonta, como remonta todo lo que deja y tiene poso. Remonta como Loewe, que anda imparable. ¿De qué me suena este adjetivo calificativo? Impa  ¿qué? Bueno, dejémoslo en esa frase que un comentarista de mi blog escribió un día: el león vuelve a rugir.

Que ruja si es para aportar belleza, artesanía y lujo. Sí, lujo, porque, como dijo Oscar Wilde, no podemos permitirnos el lujo de prescindir del lujo. Y el lujo en este caso es un bolso de la colección de napa, denominado bolso Sevilla, práctico, con dos bolsillos de cremallera, uno lateral y el otro superior, para albergar todo ese kit de supervivencia que necesita la mujer de hoy. Se puede llevar en bandolera, como llevaba Adamo su corazón (sólo para mayores sin reparos en reconocerlo); o de mano. Los hay en negro, coral, amarillo y magenta y estarán disponibles a partir de diciembre, muy a propósito para quienes se quedan con la mente en blanco y tienen que colorearla con un regalo navideño.