La manipulación de Chanel

Les invito a ver la web oficial de  Chanel y a comprobar cómo se puede manipular la trayectoria de un hombre y la de una mujer en aras de eso que ha dado en llamarse lo políticamente correcto. A la diseñadora revolucionara en la moda y en los modos, que ha trascendido a su época, le han cercenado el cigarrillo de la boca, y aparece como si estuviera mutilada, desprovista de una de sus señas de identidad. A Man Ray, el fotógrafo que le hizo tan señera foto, le han dado esa puñalada trapera que suelen asestar los tibios a quien ya no puede alzar la voz. A Man Ray, que nos la legó para la posteridad en una instantánea que habla con certera precisión de quién era la señorita de la Rue Cambon, tan indescriptible con palabras que fue necesario captarla en su esencia para saber que era capaz de saltarse las reglas sin perder la elegancia. «Mi arte es una búsqueda de la libertad y el placer», solía decir el fotógrafo norteamericano, quien desconocía que andando el tiempo alguien encontraría una excusa para echar por tierra sus objetivos. Todo por seguir a pie juntillas una inexplicable cruzada. Como son todas las cruzadas.