«Como los ojos son el espejo del alma, por qué no admitir también que la boca es la intérprete del corazón». Así de contundente era Coco Chanel a la hora de «vender» su accesorio de belleza favorito, el Rouge Coco, llamado el «prêt-à-porter» de las barras de labios. Unos labios pintados de rojo alegran el alma propia y las ajenas. Así recibían las mujeres a los soldados que regresaban abatidos del frente tras la II Guerra Mundial. Una chispa de ansiada esperanza, «boca que vienes de lejos a iluminarme de rayos», que escribió Miguel Hernández. Ahora Rouge Coco se renueva para aportar más confort, suavidad y luminosidad.
Resulta que los investigadores de Chanel han estudiado las características físicas, sensoriales y emocionales de la barra de labios para crear la fórmula perfecta. Entre las treinta y tres que se crearon y las diecinueve testadas, han seleccionado la textura perfecta. De este análisis surge la fórmula de Rouge Coco, un complejo de hidratación y confort en tres dimensiones: “Hydraboost complex”. El resultado, según Chanel, es que los labios se visten con un velo suave y agradable, están intensamente hidratados y nutridos. Se rellenan, se alisan y se definen. Keira Knightley no lo ha dudado y ha empezado el día con el gesto más femenino: Pintarse los labios con Rouge Coco de Chanel.