Esta campaña de Dockers® me ha recordado el estribillo de aquella sevillana de los bloques de Martirio: «Arreglá pero informal». Los hombres encontraron en los pantalones chinos de Dockers® esa válvula de escape al rigor y envaramiento que en ocasiones provocan los trajes masculinos.
Septiembre, que es el mes de la vuelta a la supuesta normalidad, también es la excusa perfecta para la presentación de novedades. Dockers® ha lanzado su campaña europea «To change the world you don’t need a suit», que traducido al español significa «Para cambiar el mundo no necesitas un traje».
El anuncio cuenta la historia de un joven emprendedor que se durmió mientras trabajaba. Cuando se despierta a la mañana siguiente se dirige a su armario para vestirse y de repente un traje se interpone en su camino. Es el duelo entre lo tradicional y la aventura de romper moldes.
“Esta nueva campaña es una versión fresca y moderna de la representación de nuestros orígenes. El propósito de la marca Dockers® es darle confianza a los hombres para que sean los mejores. Para hacerlo, creemos que no se necesita un uniforme. Dockers® Smart 360 Flex™ les permite tener esa confianza en sí mismos, tanto física como emocional, para enfrentar cualquier desafío y además les hace sentirse cómodos consigo mismos», ha manifestado Joan Calabia, director de Markentig de Dockers® Europa.
«Ya lo hicimos a través del movimiento ‘’Casual Friday’’ en los años 90 -continúa- y finalmente, recuperamos el tono más rebelde y humorístico que siempre ha formado parte de la firma Dockers®. Actualmente, la generación ‘’millenial’’ percibe el mundo lleno de oportunidades siempre y cuando se tenga una mentalidad ‘’emprendedora’’, mientras que el traje representa la convención y tradición».
El anuncio se filmó en Sofía, Bulgaria, y se centra en la rivalidad entre el personaje principal y el traje. Para que todos los movimientos fuesen creíbles y realistas, el actor británico Tom Kane aprendió a pelear realizando una coreografía de lucha. Para construir la escena, se sostuvo un traje con una estructura que simulaba sus movimientos reales junto con la ayuda de un grupo de titiriteros vestidos de croma verde, con su presencia editada en la postproducción. El objetivo era obtener el efecto más realista, en lugar de crear un traje en 3D.