No todos los diseñadores de moda reconocen los vínculos de esta disciplina con el arte. Hay quien considera su trabajo a años luz y los que, por otra parte, aseguran que su oficio no tiene nada que envidiar al que ejercen los artistas. Ese fue el caso de la italiana Elsa Schiaparelli, la rival más encarnizada de Coco Chanel, con la que tuvo sus tiras y aflojas, a veces subidos de tono. Acaba de salir al mercado el libro «Schiaparelli and the artists», de la editorial Rizzoli, donde se enumera la legión de artistas que tuvieron relación con la italiana afincada en París. Los más relevantes escultores, pintores, fotógrafos e ilustradores de su tiempo colaboraron de una manera u otra con la Schiap, como la llamaban sus amigos.
Por «Schiaparelli and the artists» aparecen desde el dadaísta Francis Picabia, a Salvador Dalí, Picasso, René Magritte o el fotógrafo Man Ray. Todas estas relaciones con los estandartes del mundo del arte son analizadas por un conjunto de firmas de prestigio. A saber: Los diseñadores Hubert de Givenchy o Christian Lacroix; la periodista Suzy Menkes; el fotógrafo y actual director creativo de la firma Desigual, Jean-Paul Goude, o el fallecido empresario Pierre Bergé, compañero durante mucho tiempo de Yves Saint Laurent. Un libro que bien podría ser el perfecto regalo de Reyes Magos para los interesados por los vínculos entre moda y arte. Vínculos que han vuelto a ponerse en boga en la actualidad en las colecciones de los jóvenes diseñadores de las más emblemáticas firmas.