Sostenello y…enmendallo

por Clara Guzmán

 

 

Resulta que cada 9 de julio algunas estadounidenses se  quitan el sujetador como símbolo de liberación para no perder la costumbre de cuando las activistas le prendían fuego. Le prendían fuego porque significaba una atadura, menor que el corsé, pero atadura al fin y a la postre. Quién se lo iba a decir a su inventora Herminie Cadolle, cuando  lo presentó en 1889 en el Pabellón francés de la Exposición Universal celebrada en París. Lo bautizó con el nombre de corselete, aunque su uso no se generalizó hasta los años veinte del pasado siglo. De todas formas, la revista Vogue empezó a hablar del sujetador en 1907, así que llevamos más de un siglo de íntima relación con esta prenda.

 

 

 

“La prenda que sostenía el pecho existía ya en la Roma antigua, donde algunas gimnastas utilizaban una tira que se llamaba el strophium». Lo cuenta Maribel Bandrés Oto, que es una experta seria y rigurosa. Pero como ocurriera con la minifalda tampoco con el sujetador se ponen de acuerdo a la hora de atribuirle la paternidad.  Hay quien dice que los impulsores del glorioso alzamiento del busto fueron los norteamericanos  y otros que los franceses. El caso es que su objetivo sea sostenello y …enmendallo. El busto, claro.

 

 

 

 

 

Aunque con los años se convirtió en un arma arrojadiza contra lo establecido. Un arma arrojadiza femenina con tintes feministas. Maguelonne Toussain-Samat  que es otra experta en moda de las de seguir a pie juntillas, nos lo cuenta con su sal y su pimienta en su obra “Historia técnica y moral del vestido”. “En Washington, en la primavera de 1968, los marines que hacían guardia a las puertas del Senado creían que ya lo habían visto todo en Vietnam.

 

 

Frente a ellos, en la Plaza Lafayette, una muchedumbre de mujeres grita y blande pancartas…y sostenes que arrojan, cantando, a la hoguera encendida con un contenedor de basura. Son militantes de Women’s Lib que exigen que el Congreso las tenga en cuenta. No sabemos si este acto de fe horrorizó a los legisladores, pero en cualquier caso, el 80% votó a favor de la igualdad de derechos de la mujer”.

 

 

 

 

Pero este movimiento tuvo también una gran influencia en la sociedad, bajaron las ventas de sujetadores y la fabricación de corsetería se resintió. Muchos fabricantes, para salvar sus empresas, emprendieron una campaña sobre el peligro de prescindir de una prenda que decían era tan estética como práctica. «La casa  francesa Warners -cuenta Maribel Bandrés-  hizo hincapié en la fragilidad de esa parte del cuerpo femenino que era necesario proteger”.

 

 

 

Es verdad que el sujetador ha tenido sus altibajos, como cualquier prenda que en su momento significó una revolución.  De vivir en clausura a ser exhibida sin pudor, teniendo a la cantante Madonna como exponente de esa moda de lencería al aire,  pasó a convertirse en un reclamo ¿femenino? de la atención de un ambicioso matador de toros  ¿Se acuerdan de aquellos años en que las mujeres enarbolaban y arrojaban al ruedo sus sostenes cuando  toreaba Jesulín de Ubrique? Decididamente, hay veces en que una prefiere la pira. Si es para sostenello y… enmendallo.

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20 comentarios

Jose 17 septiembre 2012 - 15:46

Will you write a «Part 2» ?

mari carmen ayora 18 julio 2012 - 10:26

¡Cómo escribes, Clara! Me fascinan tus historias y tu estilo. Estoy aprendiendo muchísimo de la historia de la moda desde que leo tus artículos: me entretienen mucho y sobre todo me ilustran.
Un beso fuerte
Mª Carmen

Juan 17 julio 2012 - 19:44

La serie que está realizando Clara Guzmán sobre las diversas prendas de vestir está resultando de lo más entretenida y divertida. A tal fin no solo contribuye la extensa documentación que nos permite enterarnos del origen de las prendas, sus distintos modelos o sus implicaciones sociales, sino también el buen condimento de todo ello, es decir un estilo fluido y ameno. Este artículo del sujetador es bastante significativo de todo lo dicho.
Como han señalado otros, los comentarios también están a la altura. Además nos enteramos de pequeños secretos femeninos para ganar en comodidad sin perder belleza.

Susana Martín 17 julio 2012 - 11:14

Yo también creo que es una prenda importante para las mujeres, y se merecía un artículo de los tuyos Clara.

Lola Gavarrón 16 julio 2012 - 18:04

A mi el tema me parece interesantísimo y además le tengo cariño porque al escribir Piel de Angel (la historia de la ropa interior femenina) cambié de ruta de los estudios de urbanismo al periodismo de moda y de belleza, mi querida Clara

Josefina 15 julio 2012 - 22:45

Yo tambioén digo como Fabiola. Menos mal que existen y nos hacen más presentable la delantera.

Fabiola 15 julio 2012 - 20:43

¡Dios mío, menos mal que existen!Reparan y favorecen muchísimo sobre todo ahora que además pueden ser superconfortables. Yo he vendido siempre corsetería femenina y me abono a la comodidad pero me rindo ante la belleza de algunos diseños.Me encanta la sofisticación en el interior, la sorpresa y el misterio.Buen artículo Clara y si quemar «sutis» sirvió para conseguir derechos tan fundamentales, quizás haya que proponer un monumento en su honor.Un beso

Ana 15 julio 2012 - 17:39

Ay, yo también me libero cuando llego a casa. Es una gran liberación,. No me extraña que lo quemaran. Claro que tiene una gran función. Es un gran alzamiento del busto.

Maloles Muñoz 15 julio 2012 - 16:48

Buen post Clara,me ha gustado leer esta historia que no sabía.Yo creo que es una prenda básica e imprescindible para la mujer,aunque algunas se resistan a llevarlo…
Un abrazo y feliz tarde de domingo.

Nieves Saucedo 15 julio 2012 - 14:28

Como siempre, magnífico Clara. Es cierto que yo me libero cuando llego a casa y me desprendo de él… jaja.

Pero para mi es indispensable su uso, y soy una enomorada de la corsetería y de la ropa interior de la mujer, de hecho tuve una tienda especializada hace años.

Gracias por compartirlo conmigo. Un abrazo.

felipe 15 julio 2012 - 14:24

soy de ceuta,caballa y periodista….lei la entrevista que la realizaron…que humildad,que saber hacer,que gran referencia es usted para las generaciones venideras, y este articulo una vez mas demuestra su complicidad con el alfabeto y la prosa castellana.Es la zelda fitgerald de nuestros turbios dias.
Siempre suyo:Felipe.Edimburgo

felipe 15 julio 2012 - 14:17

otra leccion de moda de la mejor periodista viva de la historia(no puedo acentuar las palabras xq en el u.k eso no se destila)
Felipe.Edinburgo

JULIA MUNILLA-JULUNGGUL 15 julio 2012 - 12:57

Divertido e instructivo el artículo.
Como siempre

Juanchu 15 julio 2012 - 12:57

En este blog se cumple lo que dice Arsenio Escolar. Los digitales tiene que tener un contenido diferente a los de los medios de comunicación tradicionales. No soy del mundo de la moda pero soy un curioso impenitente. Descubrí este blog hace unos meses y me aboné. Siempre lo recomiendo.

Yolanda 15 julio 2012 - 12:05

Me encanta el artículo, pero los comentarios son impagables, como los de Inmaculada Sancho. Yo también opero mis sujetadores. Me imagino que sé a lo que se refiere, ja,ja,ja,

inmaculada sancho 14 julio 2012 - 21:09

Desde luego, el sujetador resulta una prenda imprescindible para algunas mujeres, porque enmendar, enmienda y bastante. Además si elegimos bien la talla puede transformar el escote de un vestido y que quede magnífico, o destrozarlo si elegimos mal el modelo o la talla. Aunque para algunas mujeres resulta una tarea casi imposible encontrar la talla adecuada teniendo en cuenta el contorno del pecho y la copa.
Yo normalmente, me los arreglo a mi medida, o sea, que los opero.

MALAKITA 15 julio 2012 - 22:43

Yo también los opero, Inmaculada. Ja,ja,ja. Me ha encantado el artículo.

MARTA VERA 14 julio 2012 - 12:44

Sostener sostiene y en muchos casos enmienda, recoge o levanta e incluso inventa volumen… sin duda una prenda imprescindible para la mujer actual. Muy buen artículo, felicidades.

Pacita 14 julio 2012 - 10:58

Divertido y muy informativo. Enhorabuena, señora.

Josemary 14 julio 2012 - 1:43

Muy bueno, Lo recomiendo.

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