Fotos tomadas de Internet
Valentino se retiró de la escena en el año 2008, dejando un rico legado en la moda, no sólo en lo referente a sus inimitables colecciones, o a su renombrado color rojo, sino a esas sentencias que, a modo de Coco Chanel, fueron pespunteando su trayectoria. Valentino, que nació en 1932 en Voghera, ciudad de provincias al sur de Milán, ya apuntaba maneras de chaval. Dicen que exigía a su madre que le diseñara pijamas y calcetines a medida. Con treinta años, edad que en la actualidad todavía se está con un trabajo precario, si se está, Valentino Garavani, ya contaba con una década de experiencia a la vera de los grandes de la moda francesa.
Valentino, el hombre del eterno moreno, dijo una vez: «Hoy la gente ya sólo se viste bien para ir de boda». No le faltaba razón a este modista que en 1962 presentó su primera colección en el Palazzo Pitti de Florencia. Eran otros tiempos, han cambiado mucho los hábitos, los modos y las modas, pero para Valentino el tiempo no ha trastocado su forma de ser y estar. El chico que mientras sus compañeros de colegio jugaban al fútbol, diseñaba bocetos, sigue yendo impecablemente vestido. ¿Entonces qué es lo que ha pasado?
Pues, palabra de Valentino: “Admiro a los creadores que son capaces de hacer un buen producto a bajo coste. Por ejemplo, Zara, que está haciendo un trabajo fantástico. Pero también hay que decir que copian mucho y que sus vestidos están pensados para llevarlos cinco veces y después tirarlos a la basura”. El fenómeno Zara se lo saltaba a la torera con esta otra sentencia: “Nunca se me ha dado bien hacer ropa barata. Incluso mi línea de prêt-à-porter era más cara que las demás, porque le dedicaba casi las mismas horas y la misma atención”.
Porque Valentino es rotundo al afirmar: «Yo sé lo que quieren las mujeres: quieren estar guapas». Y guapas querían estar todas las integrantes de ese elenco de clientas que le dieron renombre, como Elizabeth Taylor o Jackie Kennedy. Cuentan las crónicas que, pocos meses después de asesinato de JFK, su viuda se interesó por el modista cuando estaba exponiendo su última colección en el Waldorf Astoria de Nueva York. Valentino mandó una modelo a su casa con algunos vestidos y Jackie adquirió seis para renovar su armario durante su año de luto.
“En el fondo, toda la moda es arte. Diseñar un vestido se parece mucho a pintar un cuadro. Tienes que elegir un color, una forma, un sentimiento”. Valentino lo sabe a la perfección. Su obra ha sido exhibida en los museos. La primera vez fue en 1982 y gracias a la veterana periodista Diana Vreeland, que en aquella fecha era comisaria de exposiciones en el Metropolitan Museum de Nueva York. A partir de entonces, el italiano Valentino se convirtió en el elegido por actrices como Julia Roberts, quien recogió su Oscar vestida con un diseño vintage.
Pero Valentino Garavani, al retirarse, reconoció que le hubiera gustado vestir a muchas otras mujeres. Pero a esas mujeres que no necesitan llamar la atención, decir aquí estoy yo, porque maldita la falta que les hace. Todas esas cualidades que dice tiene la duquesa de Cambridge, a la que añade un apasionado «bellísima». Porque el modista, que cuenta entre sus amigas de toda la vida con la sevillana Naty Abascal, ya lo dijo en su momento: «¡Qué verdad que la elegancia y la discreción van unidas!». Ya saben, palabra de Valentino.