LA ARTESANÍA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

por Clara Guzmán

Luciano Galán y Daniel Maldonado, los artífices de «The exvotos», en su taller de Sevilla. Foto: © @soniafraga

Richard Sennett, sociólogo estadounidense, suele decir que «hacer tareas con las manos es pensar». Y Antoine Saint-Exupéry asegura que «crear es hacer cualquier cosa con fervor». Hoy, en plena crisis sanitaria y económica, traemos a telademoda a seis artesanos andaluces para que reflexionen sobre el presente y el futuro de estos gremios tradicionales, inmersos en un mundo globalizado y dominado por las nuevas tecnologías. «Todos hemos comenzado a consumir de forma «online» masivamente. Este sistema ya estaba aquí pero ahora es cuando se ha vuelto popular. El miedo al contagio nos ha quitado el miedo a comprar de forma telemática», dicen Luciano Galán y Daniel Maldonado. Dos artistas sevillanos que fusionan las diferentes disciplinas aprendidas en las escuelas de arte. Son los artífices de «The exvotos», (@theexvotos) un taller creado hace ahora casi dos décadas.

La cabeza-recipiente de «The exvotos» es su sello de identidad. Foto: © @soniafraga

Para realizar sus demandadas piezas, utilizan materiales orgánicos, arcilla, madera, papel o tela junto con técnicas antiguas. Piezas tradicionales con un aire fresco y nuevo, arte decorativo, que ellos denominan «arte útil», realizadas a través del «slow work» (trabajo lento). «Valorar la artesanía es una cuestión cultural y de educación y eso no lo cambia una crisis. Además, la globalizacion tiende a que todos seamos iguales, tengamos los mismos patrones y conductas. Lo autóctono es original y no es para el consumo de las masas». La solución para fomentar el consumo de artesanía tras el Coronavirus dicen que está «en la misma manera en que lo venimos haciendo a lo largo de nuestra trayectoria, con diseños propios, originalidad y sinceridad. Sin artificios innecesarios».

Patricia Buffuna, en su taller, dándole vida a uno de sus singulares sombreros. Foto: ©Antonio Bosch

 «Después del Covid- 19, todo va a cambiar. También la forma de consumir. Habrá menos poder adquisitivo y el consumo será menor. Nos encantaría pensar que se valorará lo autóctono, los productos de cercanía y en general todo lo elaborado de una forma ética con el entorno. Pero eso está por ver». Así se expresa Buffuna, (patriciabuffuna.com) una firma integrada por Patricia Buffuna y Antonio Bosch, con muchos años de oficio en la sombrerería. «We love making hats» y «antes la cabeza que el sombrero» nos definen bastante bien y son nuestros lemas». Los dos se muestran escépticos a la hora de que la gente valore la artesanía. «Ni antes del Covid-19 ni creemos que después. Quizás es una actitud negativa, pero no estamos acostumbrados a pagar más por productos artesanos.»

Sombrero de fieltro para boda, de Buffuna. Foto: © Antonio Bosch

«No se valora todo lo que supone realizar una pieza desde su origen, con materiales de calidad, con un oficio detrás. Es muy difícil ser artesano hoy y vivir de ello». Sin embargo, Buffuna (@buffunahats) cree que es posible que la crisis sanitaria nos haga ser menos globalizados. «A nivel virtual seguiremos igual de conectados, pero a nivel local será diferente». Ante la pregunta de cómo incentivar el consumo de artesanía, dicen que la respuesta es difícil, porque cada artesano tiene una realidad. «Si queremos que aparezcan nuevas generaciones de artesanos, habrá que bajar el IVA, que está en el 21% y se necesitará protección por parte de los gobiernos. De no ser así, vamos a desaparecer».

Pepe Fernández Casado y Paco Hernández Cano, La Coloreriasvq. Foto: © @nicolasharophoto

«La Coloreriasvq (www.lacoloreriasvq.com) es un estudio de artes decorativas que formamos Paco Hernández Cano, licenciado en Bellas Artes, y yo, Pepe Fernández Casado, ingeniero técnico agrícola. Precisamente empezamos nuestra andadura en otra crisis importante que tuvo lugar después de la Expo 92 de Sevilla. Ya entonces pensamos que la combinación de la creatividad y la artesanía funcionarían siempre. Eso sí, con mucho esfuerzo  y trabajo». Este dúo de artesanos está convencido que «esta crisis ha abierto las puertas al comercio «online» que, por supuesto, viene para quedarse. Lo artesanal siempre será valorado. Forma parte del hombre desde que éste se hace sedentario y tiene la necesidad de personalizar sus objetos domésticos e incluso los de caza».

Uno de los originales fruteros de La Coloreriasvq. Foto: ©Lacoloreriasvq

Paco y Pepe (@lacoloreriasvq) dicen que para muchos se hace una necesidad trabajar con las manos. Y para que sea más gráfica y comprensiva la reflexión, acuden a la cita de la escultora francesa Louise Bourgeois: «no soy lo que soy, soy lo que hago con mis manos». Creen que la globalización ya forma parte de nuestras vidas, que seguiremos uniformados, pero «lo autóctono siempre tendrá un valor añadido y será un signo de distinción». La calidad y la creatividad son las cualidades que a juicio de los dos tienen que imperar en una pieza artesanal. Pero no por ello dejan de ser prácticos. «En la actualidad no hay nada como un buen marketing «online», unas redes sociales bien llevadas, sin olvidarnos que eso sólo lo pueden hacer las empresas de comunicación».

Aurelia Medina se inclina por dirigir el consumo a fórmulas más sostenibles. Foto: © @coriarranz

«Espero y deseo que después de esta crisis cambie la manera de consumir. También espero que no se nos olvide pronto lo que estamos pasando.  Entiendo que cortar el consumo de pronto puede ser un gran problema para el empleo y se llevaría por delante a muchas personas. Lo que habría que intentar es cambiar ciertos hábitos y dirigir el consumo hacia fórmulas más sostenibles». Así se expresa Aurelia Medina, (aureliamedina.com) diseñadora andaluza, porque creadora le parece excesivo, de tocados, guantes, complementos, objetos decorativos y unos bolsos tan reputados, que Karl Lagerfeld le compró su primera colección. Dice que la artesanía en estos momentos se valora mucho.»Hasta el punto de que empresas importantes del mundo del lujo, como Loewe, ha creado un concurso internacional y en Venecia se organiza una bienal sobre artesanía».

Los bolsos de Aurelia Medina son un reflejo de su pasión por la geometría. Foto: © Pablo Duarte

«Respecto de la globalización creo que podríamos ser capaces de que lo local se haga universal». Dice Aurelia Medina (@aureliamedina.de). «Quizás deberíamos fijarnos más en las culturas autóctonas y valorarlas. Reconozco que me encantaría tener poderes y utilizar la varita mágica para fomentar el consumo de artesanía, pero me temo que no voy a ser capaz. Tendremos que afinar mucho y no meterlo todo en un mismo saco. Como en cualquier actividad de la vida, en el campo de la artesanía la hay buena y mala. Precisamente en España y concretamente en Andalucía contamos con tradiciones artesanales muy importantes. En una de mis especialidades, la piel, tenemos en Ubrique y su comarca los mejores artesanos del mundo. Habría que valorarlos como se merecen y no regatear con los precios. Y, por supuesto, sería mejor tener dos cosas buenas que cinco malas».

Antonia Rubio cree que lo hecho a mano siempre va a tener un valor. Foto: © @dalialpzrub

Licenciada en Bellas Artes, Antonia Rubio (@artsedas) es una artesana afincada en Sevilla especializada en pintura sobre seda con técnicas tradicionales. «Este 2020 podría ser el año del cambio en todos los sectores y creo que este tiempo de confinamiento ha de servir para planteárselo de verdad. El confinamiento nos enseña que podemos vivir con menos. El valor de las cosas está relacionado con la oferta y la demanda en el mundo contemporáneo, por eso el sentido de la utilidad es simbólico. Antonia Rubio (www.sedasantoniarubio.com) cree que lo hecho a mano siempre va a tener un valor, pero esta pandemia ha desbaratado todo. «Ahora hay que volver a empezar con las incertidumbres que esto provoca: otra escala de valores, otros protocolos, otras metas. La perspectiva que nos queda es complicada».

Abanico de madera peral, en seda pintada a mano, al igual que el pañuelo. Foto: © Miguel Cruz

«El artesano -continúa- vive de su trabajo, de las ferias, de las tiendas-museo…Se tardará en recuperar al público que nos compra. Cuando de nuevo se abran las puertas a la vida, también saldrán las verdaderas crisis que vamos a padecer: emocional y económica. Nos queda internet, la venta «online». Yo trabajo ahora en la construcción de mi web, pero al mundo de la artesanía se le han cerrado las ventanas. La dependencia del turismo en Sevilla es obvia, así que habrá que buscar un camino intermedio. Cada artesano deberá aprovechar sus recursos. Quizás no ser tan competitivo, tan comerciante. Pero hay que vivir, pagar facturas como todo el mundo». Antonia Rubio dice que se requiere estar fuerte para este período de transición, que está segura superaremos. «Mientras, seguiré creando diseños hermosos para poder deleitarnos sensiblemente en ellos. Mostrar en mis sedas algo de mí».

Esther Amo dice que estamos en una nueva era. Foto: © @ernestocastillofoto


Esther Amo (@esther_amo) es una artista cordobesa afincada en Sevilla desde hace años, aunque no ha perdido el singular acento de la ciudad de la Mezquita. Dice que desde siempre aprendió que la belleza y el arte tienen presencia en todo lo que hacemos. «Disfruto al expresar y plasmar mi creatividad con las manos». Sus joyas y complementos llevan su indiscutible sello. «Este retiro que nos ha tocado vivir puede ser también el tiempo que todo artista necesita para la creación. Una oportunidad. Estamos en una nueva era». Una nueva era que para Esther Amo (www.esther-amo.com) empezó hace diez años cuando creó su marca personal. Realiza joyas conceptuales de manufactura artesanal, series limitadas, «con carácter e identidad», como ella las define.

Una de las singulares piezas de joyería de Esther Amo. Foto: © @albertogpuras

Asegura que el artesano resurge en estos tiempos. «Muchas grandes firmas, los visionarios que siempre existen en todos los ámbitos de la vida, comenzaron hace ya un tiempo a afiliarse o a apoyar a gremios de artesanos. La autenticidad de las piezas y su pormenorizado trabajo les da un valor e identidad sin igual». «Son piezas- afirma Esther Amo- que seguirán siendo de culto para los que tienen criterio y son originales. Este es el nuevo lujo: trabajar con ediciones limitadas, pues el arte unido al diseño debe estar en continuo movimiento con joyas intemporales que perduren en el tiempo».

 

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