DESIGUAL: LIMÓN LIMONERO

por Clara Guzmán

He visto la colección de Desigual (www.desigual.com) y me he transportado al verano a la velocidad del rayo. Ese amarillo de los limones; ese color poblado de vitalidad al que le pusieron, muy mal puesta por cierto, la etiqueta de mal fario. O sea, de dar mala suerte, cuando es verlo y subírsete el entusiasmo a la cabeza. Y no hay nada como el entusiasmo, el único estado de ánimo capaz de generar acción. Palabra de Goethe, no de ningún «coach». Al César lo que es del César.

Además, «Limón limonero» es una especie de himno del verano. Una canción pegadiza que cantaba Henry Stephen, un músico venezolano, fallecido este año por la maldita pandemia, y que han bailado muchas generaciones. Un himno intergeneracional del Caribe. Así lo describe el diario «El país» en su homenaje al músico. O sea, un canto al verano, también al que está en puertas, y a ese chaparrón de posibilidades que nos ofrece en todos los ámbitos, no sólo en el del descanso o en el de tumbarnos a la bartola.

Desigual (@desigual) es la firma creada por Thomas Meyer en el barrio del Raval de Barcelona en 1984. Todo empezó con el diseño de una chaqueta. Una chaqueta que hoy se considera uno de los primeros productos «upcycling»; es decir, reciclado, del sector de la moda. Desigual, con sede en la Ciudad Condal, vuelve a apostar por hacernos la vida más llevadera o chula, como quieras. Prendas livianas, cómodas, camisas de algodón orgánico, naturalidad y frescura. Lo que todo el mundo espera del verano y de la moda.

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