Estrambótico para unos, egocéntrico para otros, pero un gran surrealista para los entendidos en arte, Dalí vuelve a estar de moda. De moda no sólo por ser su obra la inspiración de la sevillana Marta Vera (marta-vera.blogspot.com.es) para pintar el torso del matador de toros Morante de la Puebla, protagonista del cartel taurino censurado por la alcaldesa de Barcelona, sino porque en la misma Ciudad Condal se exhiben algunos de los diseños que el artista realizó hace cincuenta años.
El marido de la inefable Gala, esa señora rusa de piel blanca, casi transparente, tan envidiablemente desocupada de cuidar niños o preparar un potaje de berzas, que leía, según decía, un libro diario, diseñó modelos de trajes de baño, ropa deportiva y vestidos de cóctel para la colección de otoño de 1965 del fabricante de Wisconsin, Jack A. Winter. Diseños que se mostraron en París en una exposición itinerante, pero que nunca llegaron a producirse.
Ahora, la galería Mayoral (www.galeriamayoral.com/es/) exhibe un total de seis dibujos de estos diseños, junto con otras piezas singulares del artista de Figueras, en la muestra que permanecerá abierta hasta el próximo enero, en su sede de la calle Consejo de Ciento, en pleno Ensanche de Barcelona. Algunos de sus diseños no han perdido vigencia, como la chaqueta de cóctel con botones dorados y escudos bordados o el conjunto playero con el pantalón dejando al aire esa zona donde la espalda pierde su casto nombre. ¿A que les suena?
«Cada mañana, cuando me levanto, experimento una exquisita alegría, la alegría de ser Salvador Dalí, y me pregunto entusiasmado: ¿qué cosas maravillosas logrará hoy este Salvador Dalí?» Pues cosas maravillosas hizo muchas y en lo que respecta a la moda, bastantes. Todo empezó en París en 1937, con el conocido sombrero- zapato que diseñó para Elsa Schiaparelli. Para la creadora italiana también realizó dibujos como adornos de sus colecciones. A saber: el vestido langosta o el vestido cajones.
Claro que Coco Chanel, enemiga acérrima de la anterior, lo acaparó y pasaban juntos muchas temporadas en la casa que la diseñadora tenía en la Costa Azul. Durante su estancia en Estados Unidos, Salvador Dalí también ideó telas para Wensley Simpson, que luego utilizaría el modista Adrian; cortinas para Sterling o alfombras para Mohawk. A su vuelta a Europa colaboró, entre otros, con Christian Dior, para quien realizó un popular vestido de cajones.
Paco Rabanne solicitó también su creatividad, esa tan provocativa y de la que ha dejado perdurable huella en sus obras, aunque su vínculo con la moda sea mucho menos conocido. Ágatha Ruiz de la Prada, por ejemplo, le dedicó en el año 2009 una colección. De todas formas, su estrecha relación con la moda es palpable en el castillo de Púbol, donde en el piso superior se muestra una selección de los vestidos lucidos por Gala. Algunos, diseños exclusivos de Dalí para los grandes de la aguja y el dedal.
3 comentarios
Me parece muy curioso lo que cuentas aquí. Esta buscando documentación de Dali para un trabajo y me encuentro con esto. Gracias. Me lo has hecho.
Gracias Clara por mencionarme, muy buen artículo!!!
Lo que aprendo en este blog.
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