Se llama Jersey y es uno de esos perfumes de Chanel adecuado para dejar un epílogo aromático envolvente, seductor y delicado. De esos epílogos que te ceden, como si fuera un testigo, toda esa gente anónima que pasa a tu lado por la calle y te abre la posibilidad de conocerla por su fragante huella.
Al principio de los años veinte, Mademoiselle Chanel encargó a un fabricante kilómetros de un tejido de dudosa fama: el punto o jersey. Este tejido, que daba vida a ropa de trabajo y a toda esa gama de paños menores para seres humanos «tiriteros» o arrecíos de frío, se convirtió de la noche a la mañana, de la mano de esta hada madrina de la moda, en un signo de distinción. Chanel lo elevó a las alturas del armario femenino, lo dotó de suavidad, confort y fluidez y lo aupó al pódium de la elegancia. De ser un tejido propio del hombre, pasó a serlo de la mujer; pero de la mujer estilosa y refinada.
De la misma manera en que la señorita de la Rue Cambon se las maravilló para desclasar un tejido obrero y ponerle la etiqueta de aristocrático, el perfumista Jacques Polge ha hecho lo propio con la humilde lavanda, una materia prima curtida en el mundo de las esencias masculinas y de la higiene familiar. Le ha devuelto su dignidad aromática, ya que los fuertes efluvios que desprende proceden, la mayoría de las veces, de los tratamientos inadecuados a los que se la somete. Una abrupta destilación y una mezcla inapropiada provocan una reacción chillona y discordante. Y ya se sabe que en Chanel la clave del éxito está en las formas y en el fondo.
Así que Jacques Polge eligió una lavanda muy particular: la producida en pequeñas parcelas, entre el mar y la montaña, cerca de Montpellier: «Una lavanda simple y fresca, original, que un método de destilación al vapor seco no desnaturaliza». Un procedimiento único, en las antípodas de la extracción tradicional al vapor de agua que «cuece» la flor y destruye, al quemarlos, muchos de sus principios olorosos.
Arropada por distintos almizcles, rosa, jazmín, vainilla y haba tonka, la lavanda sale fortalecida de su marginación y se crece en su sobrio pero elegante frasco marca de la Casa. Lo mismo que se creció ese tejido que surgía de la grisura de los barrios obreros; de los interiores ocultos y se erigió en el rey del armario. Con un toque femenino, con una pincelada sensual y con otra exquisita, Chanel lo despojó de su marchamo de excluido y lo revistió de distinguido. La lavanda ha salido de su encogida existencia y majestuosa y erguida ha dado vida a un aroma en su punto.
13 comentarios
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Clara, tu artículo me ha traido recuerdos de la niñez y de juventud, era el aroma de mi padre que hoy habría cumplido los 90, para mi era lo «más» y lo sigue siendo…lo más admirado, lo más extraordinario como persona, lo más avanzado para su época, de lo más querido entre otras personas de mi vida…. El olor a lavanda será siempre para mi el más agradable y entrañable, por lo que iré a mi perfumería a probar este nuevo perfume de Chanel con su aroma a punto y te contaré. Gracias por transportarme a mis dias felices de la niñez, pues el recuerdo que mejor se conserva es el olor, y hoy estoy especialmente sensible con mis recuerdos. Besos, Chelo.
gracias por esta entrada, desconocía los origenes del punto en Chanel, y de la lavanda en el perfume, está claro qu hay que valorar los materiales de forma desprejuiciada, una habilidad más a aprender, tal vez la más difícil.
Hablando de ojos y teniendo en cuenta que el Pisuerga pasa por Valladolid… (es decir no tiene nada que ver con las gafas)..
.Los ojos nos proporcionan a diario mensajes que nos ayudan a entender el mundo, dependemos de la vista más que de ningún otro sentido para movernos por el espacio que nos rodea. En una sola mirada, que dura una fracción de segundo, los ojos colaboran con el cerebro para informarnos sobre el tamaño, la forma, la textura de un objeto y el color; pero ¿sabemos apreciar la gama de colores por igual hombres o mujeres? o ellas, una vez más, nos superan en saber percibir y apreciar la distinta gama y matices de los colores. Deberíamos tener en cuenta que el daltonismo es principalmente un defecto hereditario transmitido, como la hemofilia, por las mujeres, pero que afecta principalmente a los hombres.
En los diferentes entradas del blog de Clara, observamos como se habla de blanco nívea, gris perla o rosa palo; cuando nosotros quizás solamente sepamos distinguir el rojo Ferrari, el azulgrana o blanco merengue… ¿será por un daltonismo congénito¿, ¿por falta de apreciación o falta de cultura visua?l…
Una vez más nos encontramos con tu maestría puesto que disfrutamos no solo con lo que describes sino con el estilo con el que escribes. Elegante, sencilla y exquisita como el espíritu Chanel.
Esta profesionalidad y experiencia es una inspiración para los jóvenes periodistas. En toda profesión, el aprendizaje de verdad comienza con el propio trabajo y nuestra brújula son todos esos profesionales con una larga trayectoria y dedicación.
Es verdad, la lavanda tiene propiedades relajantes. Ahora el perfume de Chanel debe ser una maravilla. Me lo apunto para comprarselo a mi mujer por Reyes.
A pesar de estar atacada por un fuerte constipado, mientras leia este fantástico artículo he podido experimentar la agradable fragancia, fresca y limpia, de la lavanda cultivada a golpe de sol y de agua en tierras mediterráneas.
Los investigadores ya han concluido que un aroma entra directamente en las regiones cerebrales responsables de las emociones, los sentimientos, e incluso de los instintos y los impulsos. Puede relajar o activar a las personas. La lavanda se destaca por sus efectos relajantes y calmantes para el sistema nervioso y por ser especialmente eficaz frente al insomnio. Relean el artículo y déjensen transportar por el aroma que destila, verán como tengo razón.
Me ha encantado lo de epílogo aromático. Es cierto, cuando te cruzas por la calle con alguien bien perfumado te deja su estela, pero te deja su personalidad y te dan ganas de conocerlo con más detallle. Enhorabuena, Chanel te va a poner un monumento.
Todas las fragancias de Chanel me gustan. El escarate Chanel en una perfumería es como un gran diario, páginas de olores de distintos momentos. Chanel 19 un regalo de Reyes de los años de Universidad; Chanel Número 5, un regalo de una absoluta admiradora del estilo de la Rue Cabom; Coco, una fragancia perfecta para acompañar una noche, cuando las noches eran perfectas. Ahora, Coco Mademoiselle, quizá sea la que ocupe más páginas del diario, una fiel acompañante. Esta nueva página para el escaparate, Jersey, me parece que llega en el momento oportuno.
Me ha encantado la descripción del olor, un placer para el dormido mundo sensorial.
Que voy a decir,que me has convencido y voy a comprarmelo.Clara,enhorabuena y felicidades una vez mas.
el articulo bien, bien, casi casi parece que lo estoy oliendo un 10
Estoy contigo, Alejandro. Solo falta olerlo, vaya bloguera que tenemos.
Un artículo genial, al que sólo falta olerlo y complementado con unas fotos acertadísimas (la del campo de lavanda es maravillosa). Como siempre, de sobresaliente.
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