Antonio García Enrile: Guarnicionero on line

por Clara Guzmán

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El camino para llegar a ser guarnicionero lo emprendió Antonio García Enrile en la adolescencia. Hacía pulseritas y las vendía con esa facilidad del que ha nacido para negociante. Ahora habla de la crisis con la experiencia del que lleva años bregando como autónomo para sacar adelante su empresa;  y sabe que el secreto para competir con los chinos es que sus productos, que también se pueden comprar on line, tengan diseño y calidad

«Empecé haciendo pulseritas en la adolescencia, porque siempre tuve vena de negociante. Compraba y vendía en el colegio Portaceli. Lo primero con lo que comercié fue con unas tortugas de la finca de mi abuela. Las cogían mis hermanos y a ellos les daba un tanto». Antonio García Enrile regenta ahora un negocio de guarnicionería en la calle Monte Carmelo  63 , donde se pueden encontrar esos productos artesanales que poca gente trabaja porque requieren precisión, constancia y amor al oficio. Hay artículos de caza como fundas de escopeta, una caja con cartuchos de bronce para el sorteo de los puestos; gemelos, cinturones, joyeros, carteras, portafolios, maletines, botonaduras para el chaleco del chaqué de asta de búfalo y marfil, pen drives, paraguas con una vitola que incluye las iniciales del propietario o un backgammon, que sólo se hace por encargo, personalizado y numerado con las fichas de asta de búfalo y los dados de marfil. Además, en Enrile se hacen también los preciados zapatos shell cordován.

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Un master en experiencia

«Nunca he trabajado por cuenta ajena. Estudié Marketing y monté un negocio con dos compañeros de carrera. Acabamos cerrando porque carecíamos de infraestructura y de rodaje, pero aquello fue un master en experiencia que me sirvió para hacer contactos. Después presenté un proyecto para el Club Pineda de mi marca, Enrile, con el logotipo que me distingue: un taco de polo. De esto hace doce años, estuve cinco con comercio y reparación y cuando compré este local en Los Remedios lo vendí. Desde entonces empecé más en serio a comercializar al por mayor. El balance es buenísimo, aunque hay mucho trabajo, pero eso cualquier autónomo lo sabe».

Dice Antonio que cada vez ha ido incorporando más productos a su marca, desde que iniciara su andadura con guarnicionería relacionada con la hípica. «He derivado a calzado a medida de hombre y mujer, así como a marroquinería. Todo hecho en España, aunque algunos componentes los traigo de fuera, como la crin de caballo para hacer cinturones, que la importo de México». Cinturones que alterna con los de kevlar, material de retales de vela de barco de competición. «Estoy muy orgulloso de que el Rey y el Príncipe los lleven. Se los regaló Nacho Díez de la Cortina, el mismo que me convenció para hacerlos. Ahora, las tripulaciones del Fortuna y del Bribón también los usan».

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La solución de Ubrique

La crisis no ha mermado la ilusión de este sevillano que ha visto la botella medio llena. «Hay que pensar que siendo pequeño hay más puertas para abrir. Con la crisis he empezado a exportar. He decidido gastar en las ferias y me ha salido bien. Las crisis te animan, tienes necesidad de hacer otras cosas, de diversificar. Además, he arrendado un local en Ubrique para la producción. Se lo propuse a la persona con la que siempre habíamos trabajado, Antonio Pérez González, con seis lustros de experiencia a cuestas. Hay hasta catorce  operarios en los períodos de máxima producción; el resto del año oscila entre siete y once, porque no sólo fabricamos los productos de mi marca, sino también los de otras».

De todas formas, dice que lleva trabajando doce años en Ubrique, pero que nunca había visto un periodo tan malo como este. «Allí hay mucha gente fabricando en La India. Los que quedan aquí son los más preparados empresarialmente, porque hay gente válida y valiente, pero con escasa formación. La solución de Ubrique es complicada. La nueva generación debe concienciarse de que la formación es tan importante como la artesanía, pero veo que no hay inquietud. Sería necesario hacer marca, diseños exclusivos y producirlos allí sin depender de terceros, porque luego pasa como en Elche que todo el mundo se va a fabricar a China e India y se quedan solos».

Además de diversificar, Antonio García Enrile se ha apuntado a Extenda, la Oficinal Comercia de la Junta de Andalucía y ha adaptado su negocio a las nuevas tecnologías. «He asistido a las ferias de caza, hípica y moda de Londres y Birmingham, y he creado una página web www.enrile.es, donde pusimos un servicio de entrega de productos para toda la península y Baleares. Vendemos on line con envío gratuito y es curioso porque gente de Sevilla que carece de tiempo también nos compra con esta fórmula o por teléfono. La página ha hecho una buena facturación; la gente se va acostumbrando a este sistema, porque la base es generar confianza».

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El valor de la artesanía

«La artesanía -comenta Antonio- se valora mucho más fuera, sobre todo en Estados Unidos, Alemania e Inglaterra, donde se paga muy bien. Pero tengo que decir que Sevilla, Jerez y Madrid son ciudades que saben apreciar este oficio, en concreto los zapatos a medida, que tardan mes y medio en hacerse. Estamos haciendo también prêt-à-porter de zapatos para quienes busquen un calzado artesano, porque además hay una demanda muy concreta de gente con problemas en los pies. A partir de ahora los haremos de medios números, con tres anchos por horma y de diferentes empeines. Las pieles las traemos de Italia y de Estados Unidos, en concreto el cordován, que es el anca de potro, una piel rara y carísima».

Este artesano asegura que el zapato dura en función de lo que se cuide y da algunos consejos básicos para que se eternicen en el armario. «Al zapato se le debe meter una horma de madera, que en nuestro caso se adjunta al calzado. No se deben poner dos días seguidos, con el fin de que se oreen y de que no perjudiquen los pies. Si llueve, dejarlos secar de lado, con la horma dentro y nunca cerca de una fuente de calor porque se acartonan. Aunque parezca extraño no conviene estrenarlos en una boda porque son nuevos y hay que amoldarlos. Nosotros, cuando hacemos un par, desfloramos las suelas antes de entregar el trabajo para evitar los resbalones del cuero».

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15 comentarios

Jared 17 septiembre 2012 - 16:10

Beatiful site! Where have you get that awesome design?

Mely 21 abril 2010 - 11:51

A mí también me gustan estos zapatos, pero también los considero caros. Bastante caros.
Saludos desde Móstoles.

Nieves 21 abril 2010 - 11:21

Buenos días desde Almería. Me gusta este guarnicionero, sobre todo los zapatos. Me encantaría tener dinero para regalárselos a mi marido. Tendré que ahorrar un poco más.
Me gusta este blor. Es muy entretenido.

Lorenzo 21 abril 2010 - 11:00

Me he metido en la web de este guarnicionero y me parecen bastante caros los zapatos, aunque tengo que reconocer que son muy bonitos.

Jacobo 21 abril 2010 - 8:58

Bien por este tipo emprendedor.

Beltrán 20 abril 2010 - 12:04

Curioso este Enrile. En América sería un personaje, aquí es un tipo ingenioso. Lo felicito de corazón. Me gusta la gente con agallas. Enhorabuena por el blog. Lo sigo con cierta frecuencia y me parece interesante, aunque yo no entiendo de moda.

Enrile 19 abril 2010 - 11:41

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios, y en especial a Clara por su articulo. Si teneis oportunidad visitad la pagina http://www.enrile.es, vereis muchos mas zapatos y otras cosas.
Antes de dedicarme a esto he comerciado con las cosas más dispares. Otra anecdota que con el tiempo me hace gracia, pero que entonces me tomé muy en serio.
Cuando tenía 21 años fui subcampeon de Andalucia de espada absoluto, a los 22 era maestro de sable y espada, y este mismo año ya había contactado con varias fabricas chinas para comercializar espadas de esgrima «imaginaros que gran negocio» , presente un proyecto en la ONCE para montar una sala de esgrima en Sevilla para minusvalidos, pero aquello no salio, probablemente no era lo mio.
Un saludo a todos.
Antonio

Lidia 19 abril 2010 - 11:05

Enhorabuena a este guarnicioero, un oficio prácticamente en extinción. Es la primera vez que entro en este blog y me ha parecido muy interesante. Espero que se mantenga.

Juanamari 19 abril 2010 - 11:04

Que preciosidad de zapatos. Felicito a este guarnicionero y me ha hecho mucha gracia suespíritu comerciante con las tortugas de su abuela. Además ni siquiera las cogía él, sino que tenía para eso a sus hermanos. Vaya tipo listo. Con dos …pares.

José María 19 abril 2010 - 10:54

¿Cómo está la bloguera más interesante? Con un amigo común voy a ir a la Feria. Espero verte y verte vestida de flamenca. Vaya especial de trajes que has hecho. Te felicito, para descubrirse.

Consuelo 19 abril 2010 - 10:50

Felicito a ese guarnicionero por cómo ha sabido acoplar este oficio a los nuevos tiempos. Enhorabuena.

Luna 19 abril 2010 - 10:46

Menudo tío, vendiendo tortugas. Lento pero seguro. Así son los verdaderos empresarios, al menos eso decía mi abuela, que no tenía fincas ni tampoco tortugas.

Vero 19 abril 2010 - 10:45

Es verdad lo de no estrenar zapatos en una boda. En la mía, a mi padre se le desollaron los pies. Se acuerda siempre de aquel dia.

Carlos 19 abril 2010 - 10:44

Me gustan los consejos sobre el uso de los zapatos. Me han parecido muy interesantes.

Luis 19 abril 2010 - 10:35

Qué zapatos más elegantes. Me gusta que se acuerden de los hombres.

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