
En mis tiempos de escolar repetía con párvula inocencia una poesía de Antonio Machado rebosante de naturaleza. Han pasado muchos años para saber que el poeta sevillano se aferraba a la esperanza cuando escribía: “Anoche cuando dormía/ soñé, ¡bendita ilusión!,/ que una colmena tenía/ dentro de mi corazón”. Hoy, todo el planeta quisiera que esas doradas abejas machadianas hicieran, con las amarguras de este trágico e inquietante 2020, blanca cera y dulce miel.
(Foto: Jesús Herráiz @jesusherraizchafe. Texto: Clara Guzmán)