Vuelve a telademoda Hilvana Mangano (www.hilvanamangano.com) una firma sevillana que sigue hilvanando ideas, viajes y costura. Una firma con un nombre que es una divertida mezcla entre la mitificada sensualidad de la actriz de cine Silvana Mangano y el doméstico y entrañable coser y cantar. Y vuelve porque su artífice Chebe Alguacil Herrero llega lejos, a veces hasta sitios insospechados, con testimonio gráfico incluido. Sus camisetas, bolsos, mochilas, riñoneras…, hechas sin prisa, pero sin pausa, hacen de un mundo frenético un oasis de sensibilidad, paz y sosiego.
Chebe es geógrafa, tiene su vida laboral resuelta, pero su inquietud creativa, un don que le viene de familia, la empujó a convertir su afición en un proyecto. Le da pudor decir que es artesana. «Le tengo respeto a ese oficio, porque hay mucha gente que, haciendo un gran esfuerzo, vive de él. Yo tengo mi sueldo, voy despacio, lo puedo mantener, pero dar un salto más grande es difícil. Desde que tengo conciencia he visto telas en mi casa, donde había una máquina de coser Refret, que mi padre le compró a mi madre en los famosos Almacenes Lubre, ¿te acuerdas?» .
«Empecé trabajando con mi madre y mi hermana en la firma «Hermanas Cabra», Cabra porque somos de esta localidad cordobesa. En el año 2009 inicié mi andadura en solitario, aunque mi hermana Mariché es la ilustradora de las piezas y la autora de los logotipos de la firma. Le transmito la idea y la resolvemos conjuntamente. Hilvana Mangano es para mí una vía de escape. En mis camisetas, bolsas, mochilas…, intento contar una historia, lanzar un mensaje sobre cuidar el planeta, a las personas o acerca de cuestiones de la vida cotidiana».
Me dice que trabaja con telas antiguas, de las que tenía su madre; otras, las compra cuando viaja en mercadillos de los sitios más variopintos y a veces en tiendas de su barrio. «En ocasiones reutilizo las telas o hago bolsos de camisetas que ya no sirven. Son bolsos reversibles, que suelen llevar un mensaje, pero también convertibles en mochila o bandolera. Las telas son algodones coloridos y sigo investigando y trabajando para que todos los algodones sean orgánicos. La primavera y el verano son mis etapas fuertes, junto a la campaña de Navidad».
«Intento hacer cosas que le gusten a la gente, pero también a mí. Necesitamos ir cómodos en una sociedad en la que todo es atropellado. Aunque vendo «online» (www.hilvanamangano.com) y en la tienda de los soportales de la Maestranza de Sevilla, los encargos me los suelen hacer personas que tienen un vínculo conmigo. Entonces se crea un círculo de gente conocida que apuesta por la sensibilidad ante un mundo hostil. En mi proyecto hay mucha carga emocional y mi mayor satisfacción es el apoyo y la participación de mi clientela. Siempre intento que mi producción sea bonita, útil y con pinceladas de humor».
Le pregunto a Chebe, seguidora del Movimiento Slow (la vuelta a lo lento, lo primoroso, lo hecho a mano) en qué nos ha afectado sociológicamente la pandemia. «El Covid nos ha hecho reflexionar, sobre todo en que tenemos que estar más cerca los unos de los otros y en dejar de castigar a la naturaleza. Personalmente, veo el beneficio de la ciudad, pero creo que hay que plantearse vivir de otra manera. Sin embargo, no creo que vayamos a cambiar, seguiremos como siempre. En lo que a mí respecta, me queda mucho por hacer, por investigar, pero soy feliz porque Hilvana Mangano sigue aquí».