Castañer, pisando fuerte

No conozco a Isabel Castañer, pero siempre me gustaron sus alpargatas. Son alpargatas de lujo, aunque sea una contradicción en los términos. En la historia de la moda hay más de una Coco Chanel, capaz de hacer de lo cotidiano algo extradordinario.

Al fin y al cabo, la alpargata era un calzado muy común en España, país de origen rural, hasta que decidimos cambiarle  el estatus por el de nuevo rico. Que ya se sabe, ni  nuevo ni rico. La palabra es de origen árabe, eso salta a la vista, pero Covarrubias la define en su diccionario como «calzado tejido de cordel muy usado por los moriscos».

Castañer supo darle un vuelco al negocio familiar al añadirle diseño a un calzado cómodo per se.  El resultado fue que a las alpargatas artesanales se les  quitó el pelo de la dehesa y se las cubrió del supuesto cosmopolitismo que desprenden las ciudades. Ahora, Charo Martín, de Finally, me acaba de enviar las fotos de las propuestas de la firma para la primavera/verano 2011, donde hay para elegir, que al fin y al cabo esa es la razón de ser de una colección.  Hay dos líneas: la basic y la fashion. En la básica, como su nombre indica, está lo que antes se llamaban los zapatos de diario, de trote, palabra que procede del francés «trotteur», que así se denominaron los primeros vestidos livianos para pasear; es decir, desprovistos de las armaduras que «sujetaban» a las mujeres en todas las acepciones de la palabra.

En la línea básica encontramos la clásica alpargata desde tres a ocho centímetros de altura; sandalias, zapatos de taloneras y/o puntas abiertas, abotinados e incluso botas de media y larga caña. El yute es el protagonista de las plataformas y  las cuñas, al natural, teñido al tono o forrado. En los tejidos se lleva la palma el algodón, en liso, cuadros Vichy o bicolor. Para mí, la estrella por su sencilla elegancia es el modelo Jackie, -en honor de Jackie Kennedy– en negro y blanco, que recuerda el estilo de los zapatos que Chanel -y volvemos a la comparación con la señorita de la Rue de Cambon- «inventó» para estilizar las piernas.

En la línea fashion predomina la sofisticación, faltaría más. Tacones de vértigo para las experimentadas, en ante, algodón, lycra, cuero y raso, en colores  rojo, blanco, negro, fucsia, beige, azul, marrón o pistacho. A los modelos no les falta un perejil en forma de cintas,  flores, adornos de pedrería, remaches, fruncidos, hebillas…, un sinfín de accesorios como para no pisar fuerte.