Es muy probable que el «hombre invisible», como solían llamar a Cristóbal Balenciaga, pasara de puntillas por esta exposición con la que el Museo Thyssen le va a homenajear este verano. Es muy probable que quisiera desaparecer para evitar ese excesivo protagonismo, del que huía buscando la soledad artística de su taller.
Pero, ¿qué seríamos sin Balenciaga? ¿Qué sería de la moda sin este genio patrio que triunfó en Francia? Del 18 de junio al 22 de septiembre, en el madrileño museo Thyssen, van a dialogar casi setenta vestidos de Cristóbal Balenciaga con más de sesenta obras pictóricas españolas de los siglos XVI al XX.
Casi cinco años lleva gestándose esta muestra que contará con una selección de cuadros procedentes de colecciones privadas españolas y de museos nacionales como el Prado o los museos de Bellas Artes de Sevilla, Valencia o Bilbao. Esta selección se fusionará con un conjunto de piezas procedentes del Museo Balenciaga de Guetaria, del Museo del Traje, de instituciones internacionales y de colecciones particulares.
Balenciaga siempre buscó inspiración en la historia del Arte, aunque se dejara influir con más perseverancia por Velázquez, Goya y Zurbarán. Lo vemos en sus trajes de novia, en sus vestidos de fiesta, en sus abrigos, en esas líneas limpias e incluso en esas mezclas de colores tan aparentemente antagónicos como el negro y el marrón.
Creador con mayúsculas gracias al apoyo de dos mujeres vitales en su vida, su madre, que siempre estuvo al quite cuando su padre se escandalizaba porque quería dedicarse a un oficio tan femenino, y su mentora, la marquesa de Casa Torres, a la que le hizo su primer vestido cuando Cristóbal sólo contaba doce años.
Aquel niño vestiría después a dos reinas María Cristina y Victoria Eugenia, recibiría en 1958 el título de caballero de la Legión de Honor francesa y sería el que con más maestría combinara elegancia y comodidad. «El milagro Balenciaga», como denominaría a su lograda «técnica» el amigo y discípulo Hubert de Givenchy.
2 comentarios
Justo hoy, hace menos de media hora, me acabo de terminar de leer el libro Balenciaga: mi jefe, de Mariu Emilas. Aunque la primera parte es pasable, la segunda mitad me ha enganchado completamente. Tanto que en un día he leído lo que faltaba. ES un libro que recomiendo al 100%. Aunque se echa de menos cómo era el trabajo diario de Balenciaga, si cuenta como se trabajaba en las 4 casas Balenciaga (Eisa en España). Desde que estoy enamorada del mundo de la moda, Balenciaga ha sido para mí el Mito. Cada día que pasa lo admiro más. Aún no se si iré a la exposición de Madrid, ya que dudo en si ir a la nuevo exposición en el Museo Balenciaga de Guetaria. Si tuviera dinero iría a ambas, así que debo elegir 🙂
Buenas noches, Fátima. Muchas gracias por seguir mi blog telademoda. Habrá que leer ese libro que nos recomiendas. Tienes muy buen gusto. Balenciaga es un referente de la moda con mayúsculas. Ojalá puedas ir a a las dos exposiciones. Te lo mereces.
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