Sí, trench o lo que toda la vida de Dios ha sido gabardina, viene de trinchera. Y no me extraña. Porque si la trinchera, según la RAE, es una zanja excavada en la tierra dentro de la cual quedan los soldados protegidos del fuego enemigo o parcialmente a cubierto para poder disparar, el trench es nuestro aliado para defendernos de esta pertinaz lluvia, que se ha convertido en enemiga a batir.
Porque aquí en Sevilla pasamos de la pertinaz sequía a la pertinaz lluvia como si tal cosa. Ahora que hemos vuelto a sacar las botas de agua, las mías son Igor; y la gabardina o trench, me he ido corriendo a ver lo que decía Margarita Rivière sobre esta prenda. Margarita Rivière era una periodista erudita en moda en los tiempos en que se valoraba ser erudito en algo.
Ahora que todo el mundo sabe de todo y cobra como el que sabe de algo, ser erudito vale tan poco como papel mojado. Tan mojados como se están poniendo los romeros que caminan hacia el Rocío. Resulta que Thomas Burberry, fundador en 1865 de la firma inglesa que lleva su apellido, creó una prenda de abrigo resistente al agua para el ejército inglés en la guerra de los Boers (1899-1902).
Burberry inventó un tejido impermeable, basado en las recias telas que usaban los pastores. Con ella produjo un tejido de algodón en el que primero el hilo y luego la propia tela iban impermeabilizados. A esta tela, cuya principal cualidad, escribe Margarita Rivière, es que dejaba transpirar el cuerpo, además de ser resistente al agua y al viento, la bautizó con el nombre de gabardina.
En 1910 empezaron a fabricarse prendas de abrigo para las mujeres con esta tela de gabardina, pero Thomas Burberry ideó en 1914 un diseño específico para las trincheras. De este modelo llamado «Trench 21», que sigue vigente como la forma más clásica de la gabardina inglesa, se hicieron medio millón de prendas para los soldados ingleses que participaron en la I Guerra Mundial.
Cuentan que el rey Eduardo de Inglaterra se refería a la prenda como «mi burberry», nombre con el que empezó a conocerse en todo el mundo. La tela impermeable de Thomas Burberry también estuvo presente, en forma de tienda de campaña, en la expedición de Amundsen al Polo Norte y en la actualidad es la prenda estrella en todos los guardarropa. No en el fondo, sino en la primera línea del armario.