Los niños, sobre todo en Andalucía, son los reyes de la casa. Y los reyes lo tienen todo. Unos dicen que para bien y otros que para mal. Estos últimos suelen abdicar de esta monarquía y se hacen republicanos a la hora de complacer a las criaturas, sobre todo de vestirlos con prendas, que en este caso no van a ser duraderas, pero que van a a dar satisfacción no sólo al pequeño, sino a sus orgullosos padres. Satisfacción por verlos impecables y por sentirse con el poderío necesario para no pasar por alto la importancia de la vestimenta para marcar territorio…Y estatus.
Pero la moda infantil también da satisfacciones a quien apuesta por ella. Es uno de los sectores menos afectados por la crisis, aunque también se ha visto mermada, seamos realistas, pero en menor proporción que la de los mayores. A los niños hay que vestirlos porque crecen continuamente y reclaman una ropa para todas las ocasiones: Ir al colegio (cuando no existe el práctico uniforme) jugar y acudir a esas ceremonias tan propias de esta temporada.
Bodas, bautizos y comuniones, la tan celebrada BBC de los fotógrafos, vienen a ser consustanciales en la primavera, así que para vestirse de gala aquí tenemos a la niña Tommy Hilfiger. La niña de sus ojos, claro. En su colección Tommy Hilfiger Kids, el diseñador neoyorkino pero con ascendencia irlandesa, ha lanzado un vestido de edición limitada confeccionado en seda con estrellas bordadas. Las mismas estrellas que aparecen en la colección de su desfile para esta temporada. Un auténtico «Fairytale Dress» (vestido de cuento de hadas).
Este vestido, que se acaba de poner a la venta en España a través de la web tommy.com http://tommy.com/laurasilkdress, forma parte de la campaña de la firma para esta temporada, I Do Hilfiger. Como saben, el hilo que nos lleva al ovillo de estas prendas de moda, es una familia genuinamente americana. Bueno, una familia de posibles americana, que en esta ocasión se traslada a Sonoma, California, para celebrar una de esas bodas que uno no se puede ni debe perder. Una boda en la que todo el mundo despliega sus encantos y sus mejores galas. Y la niña Tommy Hilfiger no podía ser menos.