Balenciaga de cine, bajo la dirección de Julio Medem

Todos aquellos que auguraban que la moda sería el negocio del siglo XXI se quedaron cortos. La moda es también el argumento de toda serie o película que aspire al éxito seguro. Lo estamos viendo con «El tiempo entre costuras», primero como libro estrella y ahora como estrella televisiva. Pero faltaba por explotar la vida y la obra del más grande modista patrio (sí, modista, como dice Lorenzo Caprile). Modista patrio, aunque como suele suceder por mor de nuestra idiosincrasia, más reconocido y admirado fuera de nuestras fronteras, Cristóbal Balenciaga. El director donostiarra Julio Medem será el encargado de acercar al gran público a este maestro de la aguja y el dedal.

Después de su última película»Habitación en Roma», de eso hace ya más de tres años, Medem se enfrenta al reto de llevar al cine la vida de un hombre introvertido y alejado siempre del mundanal ruido. «No te quemes en sociedad», solía decir Cristóbal Balenciaga, cuando él ni siquiera se dejó rozar por el «ardor» de un público que hoy te aplaude y mañana te vitupera. En este ambicioso proyecto sobre el creador más importante de nuestro país y allende nuestras fronteras, participarán los guionistas Juliana Fontana y Pablo Gómez-Castro. Además, y esto ya es de premio, cuentan con el director de vestuario Paco Delgado, recientemente galardonado en su categoría por la Academia del Cine Europeo por su trabajo en «Blancanieves» y candidato al Oscar y al Bafta por «Los Miserables». He leído en El Confidencial que la película tiene todos los ingredientes para encandilar a los espectadores

 

 

 

 

 

 

A saber: romance, intriga política, y «glamour» (esperemos que del bueno, no del de pacotilla); envidias, recelos y amigos para siempre en el competitivo mundo de la alta costura durante el París ocupado. Según fuentes de la productora Distinto Films, citadas por este medio, Balenciaga  «fue un vasco hermético que se opuso a los planes de Hitler en su intento de trasladar la capital de la moda a Berlín. Un hombre que, con todo en contra, luchó por el amor que le unió siempre a su amigo, socio y compañero, Vlazzio Zawrorowki d’Attainville. Un empresario que con su retirada, durante el estallido social de mayo del 68, sacudió una industria líder en Francia. El único diseñador capaz de enfrentarse a la legendaria Coco Chanel, admiradora, rival y amiga a quien confesó sus grandes secretos.

 

 

Coco Chanel, que tenía fama en la profesión de muchas cosas, pero sobre todo de «negrera», marisabidilla y experta en meter dedos en el ojo, metafóricos, que a veces son más dolorosos, a distingos colegas, salvó de la «quema» a Cristóbal Balenciaga. «Él es el único de nosotros que es un verdadero couturier». Palabra de Chanel, que entonces era palabra de dios. Pero siguiendo con la película y según El Confidencial, » el guión pone el énfasis en el romance y en el «trhriller » político,  afirma Miriam Porté,  de Distinto Films, productora del proyecto. Porté quiere dejar claro que la película no es tanto una biografía al uso: “Se debe utilizar más la palabra retrato”, algo en lo que también coincide su futuro director Julio Medem, en la que será su producción más ambiciosa e internacional.

Para los responsables del proyecto la idea de estar ante una cinta de ambiciones internacionales les puso la mirada sobre un director con sensibilidad, pero también credibilidad internacional. Entonces pensaron en el director español. «Medem es un excelente director», dice Miriam Porté, que fue la productora de El Gran Vázquez o Los niños salvajes. “El notable gusto estético de Julio y su gran sensibilidad para interpretar, entender y retratar a un artista” son los elementos que se suman a otro aspecto decisivo: el origen vasco del diseñador. Para la productora, “Medem es un nombre que da confianza a nuestros socios internacionales, ya que la financiación de la película pasará por la coproducción y las ventas internacionales». Al parecer, la cinta contará con artistas internacionales de renombre y eso será un incentivo más.

La expectación está creada. Una película sobre Balenciaga el «místico, el cartujo», como era conocido, por esa idea tan personal y tan respetable de salir de su taller sólo y exclusivamente cuando la ocasión lo requería. Nada de pavonearse de fiesta en fiesta, quizás porque en su caso el buen paño se vendía en su maravillosa arca, una idea tan alejada de los más elementales principios del marketing actual. El hecho de que Julio Medem sea también vasco como el creador puede servir de acercamiento al personaje, aunque no tiene por qué ser determinante. No obstante, tendrá a su lado un director de vestuario que ha demostrado su oficio con creces. Una garantía más de que la película puede ser un éxito de público y  ojalá que la crítica, en este caso, no le corte un traje.