Chanel, en el país de los tulipanes

por Clara Guzmán

 

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Fotos tomadas de Divinity.es

 

Hasta el 2 de febrero del año que viene se puede visitar en el Museo Municipal de la Haya (Holanda) la exposición «Chanel, la leyenda». Una muestra en donde la protagonista no es la moda, sino el estilo, ese concepto que para la señorita de la Rue Cambon no pasa, permanece; porque la moda, es eterna y las modas, pasajeras. «Tenemos el olor a Chanel número 5, dos chaquetas originales que los visitantes se pueden probar, una colección de joyería de 45 piezas, un glamuroso vestido dorado de Marlene Dietrich, así como algunos de los bolsos y sombreros de la firma francesa», explicó, durante su inauguración, la comisaria de la exposición Madelief Hohé. Además, la muestra exhibe fotografías, relata anécdotas, hechos biográficos y citas que salían del ágil magín de Gabrielle Bonheur Chanel. 

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Me gusta que Coco Chanel siga viva a través de estas demostraciones de que su vida y su obra fueron una auténtica revolución para la mujer de principios del siglo XX, encorsetada en todos los sentidos de la palabra. Cambió modas y modos y ha llegado hasta nuestros días con esa aureola de fémina poderosa, de esas que hoy saldrían en las listas de las más influyentes. «Era la personificación de la mujer dinámica y moderna. Ha sido muy importante para el mundo de la moda porque hizo que las damas usasen ropa cómoda que les permitía moverse libremente y vivir más activas», puntualizó Hohé. La comisaria de la exposición destacó  «la fuerza de la brillante joyería» sobre el vestido negro de Chanel: «El color es impresionante. Siempre ves las fotos en blanco y negro, pero aquí se aprecian las gamas de color».

 

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En la muestra hay una sala dedicada a su «vestidito negro», le petite robe noire .»Tenemos vestidos negros originales de los años 20 y de la revista Vogue de 1926, donde se compara la prenda con el modelo de auto T-Ford», especificó  la conservadora holandesa. El perfume de Chanel no podía faltar. Una botella original de 1921 envuelve a los visitantes evocando los inicios de la fragancia. Una fragancia que pasó a la historia de la moda como el único «camisón» que usaba para dormir Marilyn Monroe. Las amigas de Coco fueron las primeras en recibir los frascos, ya modernos en su momento, con la misión de acudir perfumadas a las mejores fiestas de París para que el resto de los invitados se impregnaran de su aroma. Un ardid, que hoy formaría parte del marketing de cualquier empresa, y que funcionó a la perfección. Y pregunto yo que para eso soy periodista, ¿para cuando una exposición en España de Coco Chanel? A ver si para el año que viene que estarán más lustrosos los brotes verdes a alguna eminencia se le ocurre un homenaje a la mujer que marcó un hito en la moda.

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