Lunares, lunares, lunares

por Clara Guzmán

Los lunares siguen en candelero. No sólo es un estampado que se asocia al traje de flamenca, el vestido regional más universal y sujeto a las tendencias, los lunares también van a salir a la calle esta primavera. Los vamos a ver a borbotones, sobre todo en su elegante combinación en blanco y negro, como las propuestas de la firma italiana Liu Jo, que hoy traemos a telademoda.com.

La diseñadora Margarita González me contó un día el origen de los lunares. Un origen con mucha lógica. Al parecer, es un defecto de estampación. Aquellos tejidos que no salían bien del tratamiento presentaban unas manchas en forma de círculo, tan penosas como las ronchas que hacen los topos en un jardín.

Estas «accidentadas» telas de «topos» se vendían a precios muy asequibles a la gente más sencilla, sobre todo gitanos. Con esa creatividad que florece cuando la necesidad aprieta, disimulaban el defecto pintándolas con enjambres de lunares. Esos lunares que volverán a estar en primera línea de calle con el buen tiempo.

Alison Lurie, en su obra «El Lenguaje de la moda»,  dice que «los lunares de tamaño medio o del tamaño de una moneda implican alegría y vitalidad: los estampados de esta extensión se utilizan a menudo en los vestidos de fiesta, los peleles, los pijamas y la ropa infantil. Los lunares un poco más pequeños parecen estar asociados con un humor en gran medida verbal, que puede ser sencillo o sofisticado dependiendo de los colores que se usen».

Un traje de flamenca siempre ha sido festivo en su colorido y diseño. Si encima lleva lunares, la alegría se eleva al cubo. ¿O es que vamos a poner en tela de juicio lo que nos cuenta esta profesora de lengua inglesa en la Universidad de Cornell que ha buceado en los aspectos más complejos de la moda?

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