Felipe Vivas y Manuel Carrión son diseñadores artesanos de sombreros. Sus obras figuran en las más señeras publicaciones internacionales. La lista de revistas en las que aparecen es tan extensa como la de representantes de museos que han hecho parada y fonda en su taller de la calle Monsalves, 35, de Sevilla. Aunque también trabajan para el cine y las series de televisión, les encanta hacer un sombrero a la medida del cuerpo y el alma de cada uno de sus clientes. Llevan en el oficio muchos años, conocidos por «Tolentino Hats», pero desde hace cuatro y por esas cosas tan absurdas de la vida se volvieron a bautizar con el nombre de Vivascarrión.
Desde 1991, Felipe es pintor por la Santa Isabel de Hungría, aunque prefiere que le digan creativo. Nacido en Cáceres, criado en Brozas y «paracaidista» en Sevilla, recuerda sus años de boy scout, «donde aprendí a amar y a respetar al ser humano y a la naturaleza. Donde aprendí que el grande protege al pequeño. Sería un buen aprendizaje para los padres de ahora». Manuel, su compañero de profesión y de vida, escucha atento, interviene de vez en cuando, pero participa activamente en los diseños. «Todo se lo consulto, aunque he de reconocer que desde la pandemia trabajamos con más reposo, con relajo oriental».
«De diez años a esta parte, el sector de la sombrerería en España ha evolucionado mucho. Antes, las mejores hormas las tenían los ingleses, ahora las hormas de madera las hacen en el Aljarafe sevillano, por ejemplo, en Gines. Un sombrero es la guinda del pastel del «look», el toque de distinción. Todo el mundo lo puede usar, siempre hay una pieza con la que sentirse cómodo y no disfrazado. Cuando viene un cliente, observamos el óvalo de su cara, si es alargado o redondo; la mirada, la empatía. Es importante que se lo pruebe, que se lo mire de perfil, por delante y por detrás».
«No es una novedad que Sevilla sea el centro de la moda mundial. Sus antecedentes están desde cuando fue puerto de Indias y la ciudad estaba en todo su esplendor. El pintor Rafael Agredano lo tiene dicho: «lo que no es tradición es plagio» y ha sido la mujer andaluza la que ha mantenido la tradición y la ha renovado. Sabe ponerse una mantilla, un sombrero, un mantón. Además posee una belleza exótica, mezcla de judía, mora y morisca. Es una belleza muy nuestra, que también se traduce en su manera de caminar, de desenvolverse. La polifacética Eva González sería una de ellas».
«Dior ha utilizado nuestra cultura para poner su etiqueta. En la presentación de su colección Crucero, sólo se vendió Sevilla en su faceta turística. Me hubiera gustado que de los artesanos contaran con Foronda y Paquili, aunque encantado de que mis amigos que han participado cobren. Pero lo que debería hacer Dior es abrir una tienda en la Plaza Nueva, eso sería más ético que coger las raíces de un pueblo y venderlas, pero, claro, al fin y al cabo son multinacionales. Si sólo estás inspirándote, el respeto ha de ser mayor que si crearas por tu cuenta. John Galliano siempre trató a la cultura española de una manera mucho más moderna. Él sí me parece Dior».
El pasado mes de julio, los sombreros de Vivascarrión acompañaron en París a la colección otoño-invierno 22-23 de la cordobesa Juana Martín, la primera española en recibir la codiciada invitación de la Chambre Syndicale de la Haute Couture. «Hemos «andalucidado», si se puede expresar de esta manera, nuestra marca en este desfile. Convertimos un sombrero en una reja, un «pillbox» en un clavel. Juana es una gran profesional y muy luchadora. No nos ordena, nos da una pauta y nos deja crear libremente». Vivascarrión está enfrascado ahora en la deconstrucción, que no es romper, dice Felipe.
«No es romper, sino encontrar la estética deseada mediante el estudio del inconformismo. Cogemos una horma ya hecha, la deshacemos y sin que pierda el estilo le damos, por ejemplo, más vuelo al ala. De un sombrero clásico sacamos uno cubista». En la actualidad, tienen en construcción su página web www.vivascarrion.com, pero sus clientes contactan con ellos por Instagram @vivascarrion_artmilliners. Les pregunto a quiénes les gustaría hacerles un sombrero. Manuel me dice que a Audrey Hepburn y a Barbra Streisand. Felipe, que a Juana la Loca. «Las reinas me encantan. A la reina doña Sofía, tan elegante, tan digna, tan reina, me gustaría hacerle uno a medida».
2 comentarios
Grandes personas y Grandes creadores, un orgullo tenerlos en nuestra ciudad, magnífico Artículo Clara.
Muchas gracias, Marta, por tus palabras.Grandes artistas Felipe y Manuel. Un beso.
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