Ayer nevó en Madrid y me pilló tan desprevenida como enloquecida (qué me gusta esta palabra cuando se relaciona con jarana) por fotografiar los copos. Sí, ayer nevó en Madrid, que yo sepa, seguro que también en otros sitios.Pero servidora venía de Sevilla y eso es un subidón sólo comparable a que nuestra presidenta de la Junta, Susana Díaz, retire el impuesto de sucesiones y diga que todo fue un mal sueño.
Una va a la capital de España en primavera y va vestida de primavera, aunque un poquito previsora. No, no llevaba flores, más bien cuadros en mi gabardina de San Sebastián, porque las flores son para ahora, cuando el calendario quiera centrarse y vestirse de la estación que le corresponde. Las flores, flores, queremos flores, van a estar a la orden día y si no que se lo digan al calzado de Sixtyseven.
Cuando he visto la colección no he parado de echarle flores. Ya saben, por aquello del ten con ten. Tú me das, yo te doy. Porque las flores son aliadas del optimismo, de esa euforia que le entra a una cuando ve florecer sus orquídeas o despuntar una camelia. Ya saben que aquí, en Andalucía, somos muy florales. Ya les cantaron los poetas, desde Lorca hasta Machado e incluso su hermano Manuel, a pesar de su jardín gris.
He visto la colección de Sixtyseven y se me han ido los ojos o se me han puesto como brótolas, que es una expresión muy de mi tierra, Ceuta. Me gustan, a saber: los botines plateados, que un día es un día; pero también los verdes. Como también me pido sus versiones en estilo salón, con ese tacón ancho tan cómodo y que ya está de última. Seguro que veremos muchos este Domingo de Ramos, porque la tradición es la tradición.
¿Y qué me dicen de los que son estilo babucha? ¡Uf!, no hay nada más maravilloso que calzarse uno de estos cómodos y holgados zapatos en la época donde el calor y el «dolce far niente» se dan la mano para que nosotros nos pongamos en plan funcional. Es decir, arreglados pero informales, porque hay muchos días al año para subirse a esos tacones espectaculares, que nos dan altitud, pero a veces también un vértigo…
La firma española Sixtyseven ha dado en el clavo al reivindicar los bordados, artesanía tan propia de España, mezclándolos con pieles metalizadas en botines, salones, babuchas o mules, a elegir e incluso chanclas de piscina. O sea, que se ha propuesto llenar de flores la primavera 2017, porque realmente está el país necesitado de flores, flores, queremos flores y si es con moda, moda, queremos moda, mucho mejor.
1 comentario
Los zapatos me gustan, sobre todo los botines plateados, pero el texto es la leche. No me extraña que sea influyente. Perdon, influencer
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