Los lectores que me siguen en mi blog saben lo especialmente sensible que soy con la inocencia infantil; los que me conocen desde hace más tiempo están al tanto de mis críticas a los diseñadores y a las marcas que han querido disfrazar de adultos a los párvulos. Y no digamos transformar en obligadas «Lolitas» a chiquillas encandiladas, a veces por sus madres, con una fama más efímera que el brillo de sus ojos cuando empiezan a posar. En este blog he publicado reportajes de revistas de campanillas que han sido motivo de polémica. (ver Francia no quiere Lolitas). Criaturas en actitudes ajenas a su edad como si tuvieran prisa por crecer, por despertar de ser niño, que dijo Miguel Hernández. Ahora me desayuno con una noticia muy en la línea de acelerar la mayoría de edad a los infantes. Leo en SModa, el suplemento de El país, que, según un estudio realizado por la consultora NPD, el negocio de los tacones para niñas ha incrementado sus ventas en un 9% en tan solo este año, cuando anteriormente este tipo de calzado sólo alcanzaba el 5%.
Curioso y desconcertante a la vez. Pero, ¿por qué? Pues porque como los niños suelen ser imitadores y esponjas que absorben todo de los mayores, a veces por desgracia, tienen también sus modelos a seguir, aprender y copiar. La trendsetter infantil (iniciadora de tendencia, para entendernos todos) es en estos momentos Suri Cruise, la hija de Katie Holmes y del actor Tom Cruise. Esta chiquilla empezó a usar tacones cuando apenas tenía tres años, se maquilla y ha impuesto su estilo en la ciudad de Nueva York. Tacones que amortiza si nos fijamos en el desgaste de sus suelas (ver fotos), además de ser todos la antítesis del buen gusto. La madre de la susodicha ha sido criticada por la prensa y por expertos en salud infantil (física y psíquica, supongo) por considerar aberrante esta costumbre que se ha convertido en tendencia, desafortunadamente, para otras criaturas con padres igualmente zangolotinos. No obstante, parece ser que, desde su divorcio de Cruise, se está esforzándose para que Suri sea más «normal». Por lo visto, era «papá el que la mimaba».
Suri, de siete años, lleva tacones a todas horas del día, no como los utilizados para las clases de baile o los que se calzan las chiquillas que van a la Feria, que son cosas muy distintas. Pero cuando su padre, en este caso el actor Tom Cruise, miembro destacado de la iglesia de la Cienciología, dice que Suri “está encantada con sus tacones y es tan presumida que no se pondría unas deportivas, por considerarlas zapatos de chico”, la cuestión ya se complica. Se complica porque Suri, que suele llevar a cuestas una bolsa con maquillaje, puede tener con el tiempo problemas físicos y no entremos en otra clase de anomalías. Según explica el doctor Pérez Quiroz en una entrevista en La Vanguardia, “el cartílago de sus pies se adapta a todo tipo de calzado y eso hace que la niña no note el dolor que sí notará cuando el pie se osifique, eso será entre los 16 y los 18 años. Entre las afecciones que puede sufrir la chica durante su vida adulta destacan malformaciones en las articulaciones, inestabilidad en la marcha, esguinces, juanetes, problemas musculares y óseos y dedos en garra». Entonces será demasiado tarde para Suri y para quienes la siguen al grito de: «¡Niñas…al tacón!».
6 comentarios
Yo creo que para un día…a quién no le han gustado, yo recuerdo que me apasionaban….pero mi mamita no me dejaba!!! Aunque entiendo que no es sano ser mayor antes de tiempo..
Me parece muy fuerte, el padre haciendo lo que la niña quiere y dejandola ponerse lo que le apetece… que hará cuando tenga 15 años?
Cuando llegaba del colegio, lo primero que hacia era ponerme los tacones de flamenca, con uniforme azul marino incluido. Salía por mi barrio a hacer las compras con mi madre. Eso era todo. Como es normal, el calzado que utilizaba ( las manoletinas de charol negras de toda la vida) aunque tampoco eran muy cómodas para jugar, permitían mantener bien el equilibrio.
Todos sabemos los zapatos que son adecuados para nuestros hijos, los anatómicamente correctos. Que te gusten o no es otra cosa. Hay muchos padres y madres, que sin poner a sus hijas tacones, usan un calzado inadecuado, zapatos con punteras estrechas, tobillos amarrados, talones reforzados, zapatos rígidos, suela sin flexibilidad….simplemente se guían por la estética, como en este caso se guían por los caprichos de una niña.
Un saludo Clara.
¿Quien no se ha puesto los zapatos de su madre? Y los niños los del padre? A todos, cuando hemos sido niños, niñas nos ha gustado vestiirnos de mayores,. Las niñas nos pintábamos las uñas y los labios, pensando que estábamos monísimas y provocábamos la risa y el «lávate esa cara inmediatamente» ¡ Qué prisa se tiene por crecer! Por ser mayor! Y cuando eres mayor, ¡ cómo recuerdas la niñez! ¡ Que pronto pasa! Cuando llegabas a la adolescencia estaba deseando que me compraran mis primeros tacones. No fue fácil convencer a mi madre, y mi abuela me preguntaba, con toda su sabiduría : ¿ qué prisa tienes, hija? Todo llega. Además, luego pensarán que eres más mayor» . Así mediaba entre el no de mi madre y mi insistencia.
A Suri Cruise y compañía le habría venido bien una abuela de la posguerra española.!!!
Educación y moda. Como siempre muy acertado.
Saludos, Clara
Lamentable tendencia! Que lástima no saber diferenciar entre un juego de niños y un adelantado y ridículo estilo de vida!
Me parece que los padres de Suri no están cuidando muy bien la salud de su más preciado bien. Vale que la niña juegue un poquito a ponerse los tacones , pero todo el día con ellos puestos es mucha tela.
A mi este post me trae a la mente algo que veo y oigo muy a menudo en mi taller. Veo que hay personas que se empeñan en usar tacones altísimos e incómodos aún a riesgo de una vez acabada la velada nupcial sufrir hematomas e inflamaciones.
Con la variedad de calzado que hay ahora es mejor decidirse por uno que no te haga perder la compostura en mitad de un evento y decidir marcharte a tu casa a poner los pies en remojo.
La cultura del sufrimiento en la mujer con su estética esta claro que se sigue inculcando desde la niñez.
Un saludo cariñoso Clara. Como siempre un placer.
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