Una se pone a darle vueltas a la cabeza para ver cómo se las maravillaría para no decir invitada perfecta. Perfecto es que no hay nadie. Ya saben la famosa frase cinematográfica, además, los orientales consideran que la belleza también puede ser imperfecta, ¿por qué no? De ahí Wabi Sabi, ¿verdad, María López Vergara? Así que vamos a dejarnos de perfecciones y vamos a ir distinguidas, por ejemplo, con Mónica Cordera.
Ahora todo el mundo exige que le pasen, aunque sea por «WhatsApp», la etiqueta a llevar en una fiesta o reunión. La etiqueta o el «dress code» que es como lo entiende la mayoría de la gente en esta sociedad que se está volviendo tan esnob, o sea, tan eso que usted está pensando. Cuando de lo que todos deberíamos echar mano es del sentido común; claro, el menos común de los sentidos, como es público y notorio.
¿Boda a la vista? ¿sarao nocturno? ¿entrega de premios? ¿que la niña se doctora? y toda una larga lista de celebraciones donde una dice eso tan agobiante, sobre todo si estudia, trabaja en la calle y en la casa: «Y ahora, ¿qué me pongo?» Es agobiante e incluso podría provocar palpitaciones cuando el tiempo es escaso y la fiesta está a la vuelta de la esquina, pero como mujer prevenida vale por dos,vamos a irnos poniendo en antecedentes.
Uno de ellos es la propuesta de Mónica Cordera, (www.monicacordera.es/es/) de la que mis seguidoras me han pedido más información, más actualizaciones porque las anteriores les dejaron con ganas de más. La nueva propuesta para esta temporada se llama Colibria, en la que se incluyen esos complementos en los que se conjugan personalidad y esa pizca de audacia que nos pone a tono con el buen tiempo. ¿Quién se atreve?
Mónica Cordera apuesta, por ejemplo, por los pantalones, una prenda que tiene muchas adeptas por su comodidad. Si eres de ellas, los puedes combinar con un abrigo de estampados tropicales y seguro que eres la reina del mambo de la fiesta. Si por el contrario prefieres las faldas vaporosas, tienes desde faldas hasta vestidos. Hoy traemos a telademoda.com uno de delicadas flores que es para chillarle. ¿A que sí?
De esta propuesta de Mónica Cordera para ser una invitada distinguida me quedo con la paleta de colores que ha elegido. Ese azul que llama ártico y que a mí me parece acariciador, y los pasteles. Una dulzura de prendas, perfectamente combinables y ponibles más allá de la fiesta a la que asistamos. No hay nada como resolver esa eterna cuestión que sigue al «¿qué me pongo?»; es decir, «¿y ahora a morirse de risa en el armario?».