Moda sostenible: Un proyecto para la gloria

Reportaje gráfico: Dani Mauri, Severo Fernández y Antonio Mengual

Unos dirán que es el destino; otros, la providencia. El caso es que las circunstancias han propiciado que Magda Brasa, artífice de la firma de moda sostenible y respetuosa con el medio ambiente  Gloria Bendita, se uniera al Proyecto Don Bosco  que, desde el Polígono Sur de Sevilla, lleva ocho años empeñado en dar formación a las mujeres de la zona en sus talleres de costura. Ha sido llegar y besar el santo, porque, en la celebración en Fibes de la pasarela Ecoflamenca, han recibido el I Premio a la Sostenibilidad, instituido por el Ayuntamiento de Sevilla. Alba Molina, que se ha sumado a esta iniciativa solidaria, fue la encargada de lucir un diseño de este tándem, cien por cien natural y compuesto por un vestido enagua, un chaleco realizado con retales de tejidos, encajes y cintas y una malla de algodón orgánico.

Si las cosas se hacen con cabeza, salen y si además el ambiente acompaña, mejor. En las instalaciones del Proyecto Don Bosco del Polígono Sur te recibe el lema de la comunidad salesiana: «Estad siempre alegres». Un lema que entronca con el  que siempre ha llevado por bandera Magda Brasa, al bautizar a su firma como Gloria Bendita,»porque si pudiéramos vivir de nuestras creaciones estaríamos en la gloria». «Hemos hecho una buena simbiosis- dice Magda Brasa- la comunidad salesiana, fundada por Don Bosco, trabaja para las personas, por su dignidad y todo lo que se consigue se reinvierte para seguir con su labor de integración sociolaboral en las zonas y barrios más desfavorecidos».

Magda Brasa lleva veintisiete años en el mundo de la moda. Ha tocado todos los palos desde el diseño a la gestión empresarial, cuestión vital para sacar adelante cualquier proyecto y talón de Aquiles en el sector, que ha llevado al naufragio a muchas empresas cimentadas sólo con la ilusión. Porque la ilusión y la predisposición no son suficientes. «Hay que generar empresa para poder dar formación a las mujeres», dice Magda y en ello están. El proyecto se llama Occhiena, en honor a Margarita Occhiena, la madre de Don Bosco, que colaboró activamente en las labores sociales de su hijo. «Estamos dando las últimas puntadas a este proyecto, que se desarrollará en las  amplias y bien dotadas instalaciones que los salesianos tienen en el Polígono Sur y que consta de dos vertientes.

Por un lado, ampliar la formación de las mujeres, que en estos momentos reciben clases por las tardes de una patronista industrial. Y por el otro, a los diseñadores. Vamos a hacer una central de moda ética, donde el diseñador encuentre materiales sostenibles y orgánicos; se puedan hacer prototipos y, evidentemente, la producción de las colecciones. Pero también está previsto realizar distintos módulos sobre estrategia de marca, sensibilización con la moda sostenible, tintes naturales, artesanía… Y comercializar el producto en las ferias del sector, como las de Londres y Berlín. También estamos trabajando en la distribución, el gran caballo de batalla de la moda española».

Pero en esta historia hay también otros hilos que llevaron al ovillo que ya ha empezado a tejerse. Magda Brasa pudo llegar hasta el proyecto Don Bosco gracias a la labor de Secot, esa asociación sin ánimo de lucro compuesta por  antiguos empresarios y ejecutivos que van allanando el camino a quienes quieren llegar a una meta. Magda Brasa lleva mucho tiempo caminando por el terreno de una moda que respeta el medio ambiente y la dignidad de las personas. «No es imposible; se puede hacer. Para diferenciarme del mercado investigué sobre moda ética. Me fui a Bamako, en Mali, y  allí contacté con profesionales del sector como Ibada Wadud.

Porque los pilares de Gloria Bendita están construidos sobre la base de que hay que utilizar tintes artesanales y tejidos naturales para no dañar el medio ambiente. En mi trayectoria he contactado con profesionales como Gema Gómez, creadora de Slow Fashion Spain y con la que colaboré en una jornada realizada en el Museo del Traje de Madrid, donde conocí otros proyectos». Su tenacidad le ha servido para encontrarse en un recodo del camino con la obra social de la congregación de los salesianos y emprender juntos un proyecto que nada más echar a andar ha sido reconocido. No cabe duda que ha nacido un proyecto para la gloria.