Hasta el 30 de marzo de este año que acabamos de inaugurar se podrá ver en el Museo del Traje de Madrid la muestra «Vestir las joyas. Moda y modelos». La entrada es gratuita, que tratándose de joyas es de agradecer. La exposición, comisariada por María Antonia Herradón, invita a realizar un amplio recorrido por el arte de la joyería a través de 275 piezas de los siglos VIII al XX . Es la primera vez que estas piezas se exhiben al público. Los fondos proceden del mismo museo y de aportaciones privadas.
La muestra pone en evidencia las connotaciones simbólicas y estéticas de las joyas, a las que, por no rompernos demasiado la cabeza, siempre le hemos dado un valor exclusivamente económico. Además, en la exposición se pueden contemplar los laboriosos trabajos de orfebrería de muchas de las piezas, así como otros materiales empleados para darles vida y pasar a la posteridad como verdaderas obras de arte. Es cierto que la joyería ha formado parte de la indumentaria del ser humano desde que el mundo es mundo.
Cada momento histórico ha tenido sus joyas y sus materiales para elaborarlas, que muchas veces determinaban el estatus de su portador, tanto hombre como mujer. Sin ir más lejos, en España, las artes suntuarias tuvieron una gran importancia a causa de los metales preciosos que los conquistadores trajeron de América en el siglo XVI. El lujo era signo de riqueza y poder y un vicio en todos los estamentos de la sociedad de Felipe IV, a pesar de los problemas económicos con los que se encontraban.
Entre las piezas no sólo podemos contemplar un collar visigodo del siglo VIII que muy probablemente haya sido fuente de inspiración para más de un diseñador actual, sino unos pendientes de vidrio rojo de Yves Saint Laurent o un collar de perlas y brillantes de Dior, datado en 1959. Pero el visitante curioso también podrá reparar en un abanico baraja que perteneció a la Reina Victoria (1850) o una sortija de aljófar (perla de forma irregular y pequeña) del siglo XVIII. Como verán todas estas joyas visten una barbaridad.