«Arbolé, arbolé» es uno de los poemas del alma de Federico García Lorca y desde que se presentara en Simof, el nombre de la colección más andaluza de trajes de flamenca de Carmen Latorre. Carmen Corpas lleva, junto con su madre que da nombre a la firma, treinta y seis años dedicada al sector. Una trayectoria plagada de éxitos y con un sólido oficio que le ha permitido presentar en esta edición unos diseños más ponibles. De los que una se imagina con ellos puestos. Considera que su trabajo es artesanía y que el giro que ha dado Simof, de Salón a Semana Internacional de la Moda Flamenca, lo estaba demandando tanto el público como los creadores.
Hablar con Carmen Corpas es, además de aprender, empaparte de su pasión por su trabajo y por su tierra, Andalucía. Me cuenta que, después de haberse inspirado en Cristóbal Balenciaga para su anterior colección de flamenca, ha optado en esta ocasión por un poema del gran Federico. «Yo quería tocar la parte más agradable de su producción y «Arbolé, arbolé» habla del paisaje, de nuestras tradiciones, de nuestra forma de vivir. De los verdes, de los azules y de los naranjas con plata. Me chocó esa combinación: «Pasaron tres torerillos/delgaditos de cintura/ con trajes color naranja/ y espadas de plata antigua». Hice dos vestidos naranjas con adornos en plata y los dos se vendieron nada más acabar el desfile».
«Mi tierra- dice Carmen- es todo para mí. No podría vivir en otro sitio. Es un regalo tan grande el paisaje, la luz, la gastronomía, el clima…» Desde su cuartel general en la calle Antonio Machado, 39, (otro gran poeta) de Mairena del Alcor ha ideado una colección que, según sus palabras, es más ponible que las anteriores. «He hecho unos trajes más de calle, de los que los ves en la pasarela y te imaginas luciéndolos en la Feria. No he buscado el espectáculo, aunque es cierto que una pasarela grande necesita trajes de nivel. El verde, nombrado en el poema de Lorca, me ha inspirado. Tenía ganas de frescor en mis trajes y además es el color tendencia para este verano. Pero es difícil encontrar verdes bonitos en las telas de flamenca, así que opté por la seda y el mikado. De gasa sólo hay uno».
Me cuenta Carmen que después de la pandemia del Covid 19 pensaron en realizar una línea alternativa de fiesta, pero siempre con un toque flamenco, que se ha materializado en la colección de esta temporada. «Las clientas nos la demandaban. Para ir a la noche del «Pescaíto», para una boda, un acto social. Uno de los diseños que más éxito ha tenido ha sido un pantalón de cintura alta con un vestido de falda canastera abierta. Es verde con lunares negros. Pero también hemos sacado otra línea en tonos lisos, a los que hemos dado un acabado diferente, pero con aire flamenco, al llevar los fondos de lunares y vuelo. Ideal para asistir, por ejemplo, a una de esas fiestas tan habituales en primavera».
De los veinte trajes presentados en la pasarela hay dos en color negro. «Son un guiño al Lorca más sombrío, al de «La casa de Bernarda Alba», pero buscando la sensualidad. Son de guipur con formas asimétricas y abstractas, al estilo de principios del siglo XX». Respecto a la hechura de los trajes de la colección «Arbolé, arbolé», Carmen dice que han subido los talles un poco, pero que trabajan con distintas líneas para que cada clienta elija el que mejor le siente. «Tenemos el vestido entubado a media pierna y el volumen que cae de golpe. Otra línea es de nejas de toda la vida, con el vuelo a partir de la cadera y los volantes más bajos. Este modelo es más cómodo y estiliza mucho, al marcar la figura hasta la cadera. La otra versión es con el vuelo de capa desde la cintura. Un diseño muy solicitado por las mamás para poder trajinar con los niños sin ningún impedimento».
Las mangas es otra seña de identidad de la costura de Carmen Latorre (@carmenlatorre.es). «Van en proporción con el diseño de la parte inferior del traje. Hemos hecho mangas flamencas con volantes canasteros en la sisa, otras de farol y estructura de flor que se estrechan en la muñeca. También, mangas asimétricas». Todo un recital de buen hacer para estrenar el nuevo Simof. En su XXVIII edición, el Salón se ha convertido en Semana Internacional de la Moda Flamenca. «Este paso de gigantes es el resultado de lo que ya se estaba viendo desde hacía tiempo. Extenda, la Agencia Andaluza de Promoción Exterior, invitaba a la cita anual con nuestra moda a inversores de Nueva York, Londres, México, Tokio, Miami…».
«Yo he tenido relación comercial con algunos de estos clientes. Clientes de dos tipos muy específicos. El emigrante que vive fuera de España y lo que más desea es adquirir unos trajes que le evoquen a su tierra. Y luego está el extranjero al que le apasiona el flamenco. Recuerdo a un italiano que vino a Simof y me compró para su mujer dos trajes potentes que vio en la pasarela. Me envió las medidas para que se los hiciera y quedaron encantados. Luego vinieron a la Feria y ella me mandó fotos posando con los vestidos en el hotel Alfonso XIII. También tengo el caso de dos chicas francesas que adquirieron dos de mis diseños. Todos estábamos demandando este nuevo Simof, que es una manera de atraer más público tanto nacional como internacional».
«Este mercado existe, lo que no había era gente que le diera voz. Simof, que surgió de una idea de la empresaria Raquel Revuelta, ha ayudado a que se encauzara y las perspectivas de que aumente la difusión y por tanto las ventas son excelentes». Carmen Corpas está convencida de la gran importancia de las redes sociales a la hora de hacer negocio. «La gente nos ve y se interesa por los diseños. Es una manera fácil y muy eficaz de que se conozca nuestro trabajo». Un trabajo que Carmen asegura es artesanal cien por cien. «Nuestro público quiere un traje de pasarela, de Simof. Muchos me dicen que esto no se ve allí de donde vienen. Y todos buscan el diseño, tanto las artistas que trabajan fuera, como los españoles que viven en el extranjero». En «Arbolé, arbolé» no sólo van a encontrar trajes de solera, sino la colección más andaluza de Carmen Latorre. La que habla con poesía de su tierra.