Se llama Mar Ruiz Rasco es arquitecta y cambió su profesión por su pasión, la moda. Montó hace cuatro años su tienda taller de complementos en la calle Pureza, 48, justo enfrente de la Esperanza de Triana. Desde entonces Mar atelier (www.maratelier.es) se ha convertido en su verdadero proyecto de vida laboral y personal. Se considera una artesana que diseña y produce en Andalucía sus dos colecciones anuales. «Me fijo mucho en el detalle, por eso considero que los complementos definen bastante a una mujer».
«Empecé con María José, mi hermana gemela. Ella estudió Farmacia y trabaja en el sector sanitario, pero es otra apasionada de la moda como yo. Lo hacíamos en plan particular, pero se interesaron algunas tiendas por nuestros diseños, como una de Marbella, a la que íbamos a vender una vez al mes. Además, una clienta noruega los distribuía en su país y en Suecia. Al principio, lo compaginaba con mi trabajo en un estudio de arquitectura, hasta que decidí salirme y apostar por mi proyecto. Primero le di forma en el ático de mis padres, en el barrio de Heliópolis».
Como el negocio iba viento en popa, decidió instalarse en un local familiar de la calle Pureza. «Lo abrí en la Semana Santa de 2018 y coincidió con el sexto centenario de la hermandad de la Esperanza de Triana. La calle era un hervidero y las ventas se dispararon. Bauticé la tienda como Mar atelier, porque incluí también el taller. Quiero que el cliente vea mi forma de trabajar, el montaje de las piezas; piezas que se pueden personalizar. La cadena de producción está en Córdoba; es decir, la fundición, engaste, esmaltado y el baño en oro y plata».
«Todos los meses le mando los diseños a un experimentado joyero de Córdoba y ahí empieza la cadena de producción. Mi condición de arquitecto influye mucho a la hora de proyectar y diseñar las dos colecciones que hago al año, una en marzo y otra antes de Navidad. No obstante, tengo rotación de piezas que monto, pero que no las exhibo en mi web (www.maratelier.es) porque son limitadas. Suelo trabajar mis diseños, pero si hay una clienta con una idea preconcebida la ayudo a darle forma. Hace poco un chico me pidió para su novia un colgante en oro con un símbolo familiar».
Dice Mar que trabaja con cristal Swaroski porque le gusta su calidad y la talla. «Visito muchas ferias del sector y compro lo que me gusta para luego hacer pendientes, gargantillas, collares, broches, anillos, pulseras… Y ahora mi línea de novias. Tengo un pequeño córner en la tienda con peinecillos, peinas, tiaras, diademas y tocados. Todo está hecho a mano con perlas naturales, nácar, cristal Swaroski, seda…Son piezas chapadas en oro y plata y se hacen bajo pedido. Mi estilo es minimalista hasta cierto punto, lo barroco no me llama la atención en el diseño de joyas».
Seguidora de la francesa @charlottechesnaisjewelry por sus líneas puras, Mar atelier, además de vender en su tienda taller de la calle Pureza, lo hace en su web (www.maratelier.es) y a través de la red social Instagram @maratelier_jewelry. Por su cercanía con la Esperanza de Triana, no descarta lanzar una línea de joyas religiosas. Un proyecto que quiere madurar antes de lanzarlo al mercado. Lo que sí ya ha puesto en marcha han sido unos gemelos de hombre en cristal Swaroski, que están teniendo mucho éxito. Como buena arquitecta, Mar sabe que una marca se construye con buenos cimientos.