LOS BOLSOS ACOLCHADOS DE ROBERTO VERINO

por Clara Guzmán

Un bolso es siempre un luminoso objeto de deseo. Una tentación en la que solemos caer más tarde o más temprano. Porque un bolso es además el mejor de los confidentes. Lo sabe todo y no puede decir nada. Es una auténtica tumba. Pero un bolso habla también de nuestros gustos y de nuestra manera de ser. Lo dicen los psicólogos, que saben de la condición humana una barbaridad. Pues a partir de ahora ya tenemos en el mercado un nuevo modelo del diseñador gallego Roberto Verino (www.robertoverino.com). Sus bolsos acolchados. Llenos de color y por tanto de vida, de los que te llaman la atención desde cualquier escaparate. Los reales y los virtuales. ¡A por ellos!

Los hay de diferentes tamaños. Para ir de compras y llevar el «kit» de supervivencia, que ha ido acrecentándose en los últimos tiempos. Cada día necesitamos más productos de «primeros auxilios» porque nos pasamos más tiempo fuera de casa. También está el modelo bandolera para llevar las manos libres. Un invento dicen de la polifacética Coco Chanel y que permite a sus usuarias llevar en una mano la copa y con la otra salir victoriosas de esa, cada vez más frecuente guerra cuerpo a cuerpo, incruenta hasta la fecha, de atrapar en un catering un canapé en perfectas condiciones de revista. Y luego tenemos el modelo porta móviles acolchado para presumir también de bolso y de teléfono este verano.

Me gustan los modelos de colores alegres, el malva, que será la estrella invitada cuando lleguen los calores; el verde y el azul. Una colección muy práctica y muy esencial, el concepto del que ha hecho bandera la firma gallega. «Es ya una evidencia que tenemos que cambiar la forma en la que consumimos y la sostenibilidad no es únicamente una cuestión de medioambiente, también es un tema social. Detrás de una prenda bien hecha que dure toda una vida hay muchas personas cualificadas trabajando que se merecen un salario digno, hay muchos oficios de moda y conocimientos artesanos que deben perpetuarse porque son parte de nuestro patrimonio cultural». Eso me dijo el diseñador Roberto Verino cuando lo entrevisté para telademoda en abril del año pasado. Y añadió que el armario esencial se construye con sentido común. Claro, que el sentido común es el menos común de los sentidos.

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