Los que me conocéis sabéis que me gustan las perlas sin perder la cordura. Me gustan de distintos tamaños, de distintas clases sociales, porque haberlas haylas; en diferentes diseños… Las perlas me dan mucha luz; los taquígrafos los intento poner yo. Ahora que hay mucha gente mano sobre mano como mujer de escribano, que es una frase que decía mi madre, sin saber a ciencia cierta quién era esa señora, la firma Wempe (www2.wempe.com/es-es) propone darle una vuelta al joyero familiar. Vamos, ponerlo al día y hacerle esa puesta a punto que le solemos hacer, por ejemplo, a los coches.
Las perlas son intemporales, lo mismo las llevaba Audrey Hepburn en «Desayuno con diamantes» que doña Carmen, señora de Franco, que además las puso de moda en su época boyante. Al César lo que es del César. A veces, suelen pasar de generación en generación y se suelen entregar en una fecha señalada: Cumplir la mayoría de edad, graduarse e incluso a las puertas de la boda de la muchacha en cuestión. Wempe (@wempe) que es una joyería y relojería de altos vuelos, propiedad de la familia Wempe, con sede en Hamburgo y fundada en 1878, nos da unos consejos muy útiles, que es el calificativo que deben llevar siempre los consejos.
Atención: La mejor manera de preservar y mejorar el brillo de las perlas es usarlas directamente sobre la piel. Hay quien duerme incluso con ellas. Como las perlas son muy sensibles a su entorno y pueden rayarse con facilidad, es conveniente mantenerlas separadas de otras piezas de joyería, por ejemplo, en una bolsa de seda o en una funda. Ahora es el momento de hacerlo en este «impasse» que nos ha dado el Coronavirus. El perfume, los cosméticos en polvo o la laca para el cabello son enemigos declarados de las perlas. Así que huir de ellos como del virus.
Otra curiosa observación cuando nos las quitamos, que no se suele hacer por las malditas prisas, es limpiarlas suavemente con un paño de lana suave y un poco de agua para eliminar los residuos de la piel y los productos cosméticos. En esta operación, no utilizar productos químicos o agentes que contengan sustancias ácidas. Otro consejo es evitar la luz solar, porque seca la capa superior de la perla y hace que pierda su brillo. Así que nada de ponérselas para tomar el sol o hacer deporte, que ya son ganas…Pero, como es público y notorio, hay gente pa tó.
También es importante la siguiente cuestión, porque luego vienen las lamentaciones cual Jeremías. Con el uso, los collares suelen aumentar su holgura. Por eso es recomendables revisarlos una vez al año. Wempe dispone de un servicio de mantenimiento por si es necesario anudar de nuevo las perlas o pasar los collares, como se decía antes del Coronavirus. Es un proceso que se hace de manera individual y a mano. Para finalizar esta especie de tutorial, nos informan sobre que el valor de una perla depende de cinco aspectos: lustre, superficie, color, tamaño y forma. Además, existen perlas de diferentes colores. La ubicación del cultivo es decisiva. Las más relevantes son las perlas Akoya, las de los Mares del Sur, las perlas de Tahití y las perlas de agua dulce. Ya sólo queda ir a por el joyero. Tenemos tiempo de sobra.