Vuelve la firma Carmen Latorre (www.carmenlatorre.es) a telademoda para enseñarnos, con la misma pasión que ya hiciera con sus colecciones de trajes de flamenca, su línea de novias. Carmen Latorre son madre e hija unidas en un mismo afán: hacer felices a las mujeres que confían en ellas para vestirlas, en este caso en el día más importante de sus vidas. Desde su tienda-taller en la calle Antonio Machado, 39, de Mairena del Alcor, ejercen de asesoras, incluso de confidentes. «Se trata de que la novia no vaya disfrazada, de que esté más guapa que nunca, de potenciar lo mejor que todas tenemos. Si va segura de sí misma, entonces deslumbrará. Buscamos la armonía, porque la armonía es buen gusto; es belleza».
Todo empezó en el año 2001. Carmen Corpas y su madre Carmen Latorre, que da nombre a la marca, se trasladaron a un taller más espacioso y decidieron complacer a las clientas que les pedían que les hicieran el traje de novia a medida y personalizado. Lo mismo que les confeccionaban los de flamenca. Así que se lanzaron a probar suerte en este sector. Y como la suerte favorece a la mente preparada, que decía el científico francés Louis Pasteur, las novias de Carmen Latorre han tomado el camino del éxito. «Es un trato directo con la clienta», dice Carmen Corpas. «Nunca los hemos vendido «online» y es una especie de rito que empieza con más o menos seis meses de antelación».
«Nosotras le diseñamos el traje, pero previamente se ha probado los que tenemos de nuestra colección, además de los modelos de la firma «Aire Barcelona«. Nos dimos cuenta de que la novia necesitaba verse vestida y a partir de ahí decidir si se quedaba con alguno de ellos, les hacía cambios o con esa base diseñaba el ideal, una vez comprobado lo que más le favorecía. Tener varias opciones facilita el resultado final. Cada diseño tiene su propio tejido. Por ejemplo, hemos confeccionado uno aflamencado en organza y con encaje de chantilly. Los hacemos en crepé de seda, gasa, en georgette, en raso duquesa o mikado, aunque últimamente se han puesto de moda los trajes en crepé de seda con lycra marcando la silueta».
A Carmen Corpas le gusta la novia novia, no la que se viste de fiesta para ese día. «Tanto el traje de doña Letizia como el de Grace Kelly son mis preferidos. La tendencia en este sector la impone cómo vaya vestida alguien de la alta sociedad. Es verdad que el modelo con el que se casó Eva González influyó mucho. Era un vestido estrecho, liso, de gasa y con botoncitos forrados en la espalda. Sirvió de inspiración a muchas novias, aunque es el sitio donde te casas el que más determina. En Sevilla, por ejemplo, la novia prefiere un traje sencillo, de cuello a la caja, manga larga, en contraposición a otras ciudades andaluzas como Córdoba, donde los vestidos son más barrocos».
Hablar con Carmen Corpas es también aprender de sociología; es decir, del estudio de la evolución de la sociedad. Al estar en contacto con mujeres de distintas edades que le confían sus gustos para un día tan especial, puede dar perfectamente una clase magistral en la materia. «El valor de la ceremonia en sí, aunque hay excepciones, no tiene esa significación de antes. Las novias actuales buscan comodidad a la hora de diseñar el vestido, porque luego van a bailar y a no parar en todo el día. Antes era un paso muy importante en tu vida, lleno de solemnidad, que se traducía en un traje más en consonancia. No obstante, la novia que se casa por primera vez en una ceremonia religiosa suele elegir un traje de corte princesa, de sirena clásico o minimalista con escote a la caja».
«Si es una novia un poco mayor o se casa en segundas nupcias, el vestido es más romántico, con vuelo a partir de la cintura, con transparencias y escote pronunciado, si es una boda civil. Se casa como quiere, goza de más libertad que la novia joven que, en muchas ocasiones, quiere contentar a la familia. Sin decir amén a todo, busca la negociación y entonces el diseñador tiene que hacer la función de árbitro». Le pregunto a Carmen Corpas que me diga razones de peso para elegir su marca y no ir a la competencia. Con la tranquilidad que da estar segura de su producto, me las enumera sin dudar. «Nos preocupamos de que la novia vaya favorecida. Somos muy cercanas, cada novia es única y buscamos el traje idóneo para ella».
«Vamos abriendo un camino que hacemos con ella. A veces vienen con una idea preconcebida y a medida que se van probando la van descartando, por eso es tan importante contar con modelos de nuestra pequeña colección y con los de «Aire Barcelona». Es verdad que somos muy cercanas y esa manera de ser permite que se genere un ambiente de confianza que facilita el que lleguemos a buen puerto. En la actualidad, las novias vienen muy bien informadas gracias a las redes sociales, aunque no siempre el vestido que ven en una «influencer» es el que más les favorece. Nosotras les aconsejamos que se tienen que ver con todo puesto, que tiene que haber un ensayo general con todo, incluida la ropa interior. Un complemento mal puesto puede arruinar el conjunto y nosotras lo que buscamos es la armonía, que es sinónimo de belleza».