Foto tomada de Internet
Linda McCartney era una fotógrafa, respetada fotógrafa, que se casó con un «beatle», Paul, del que, evidentemente, tomó el apellido. Desgraciadamente, un cáncer acabó prematuramente con su vida. Su hija, Stella MCartney, diseñadora, respetada diseñadora, la acaba de evocar al bautizar con su nombre de pila un bolso pensado para llevar el último modelo de cámara de la firma japonesa Canon, el EOS 100D. Bolso que lleva su firma.
Linda McCartney, retratada en 1968 por Eric Clapton. Foto tomada de Internet
El bolso, en tonos amarillo vainilla y celeste, donde resalta el dorado de las cremalleras, no es muy sufrido, para qué lo vamos a negar. O sea, que es de mírame y no me toques y los fotógrafos pertenecen a un oficio inherente al movimiento. Es decir, que no paran quietos y no pueden estar pendientes de pasarle una gamuza al receptáculo donde guardan sus preciados instrumentos de inmortalizar todo lo que se les pone a tiro. El próximo mes de noviembre, Canon pondrá a la venta en el Reino Unido mil unidades, a 1.200 libras esterlinas, cada una.
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La forma del bolso es alargada, con cierre de lengüeta y un bolsillo lateral, con abertura superior. En su interior, acolchado en napa, todo está preparado para que quepa la cámara y esté resguardada de los contratiempos. La piel con la que se ha confeccionado es ante de calidad, además de contener materiales de fibras vegetales, para no alterar la ética vegetariana de Linda, que ha heredado también su hija Stella. O sea, un bolso lo más cercano a la idea de moda sostenible.