Israel Rodríguez (www.israelrodriguezstudio.com) es un asiduo de telademoda. Este polifacético diseñador canario, que cursó estudios artísticos, se diplomó en Pedagogía y no ha parado de seguir aprendiendo, nos presenta su colección de este año que, como es habitual, tiene una historia detrás. Ese relato que imprime fondo y forma a unas prendas destinadas a ser útiles y a no dormir el sueño de los justos en el armario. Ha vuelto a elegir a su tierra canaria, concretamente a la localidad de Gáldar, como localización para las imágenes. Un lugar herido por la pasada erupción del volcán; herido por una catástrofe natural.
«Cuando estalló el volcán se convirtió en una noticia mundial. Recibí mensajes de Japón, de Estados Unidos. Las catástrofes naturales han generado empatía internacional. La gente lo vive, lo siento y lo sufre y surge una corriente de solidaridad. El paisaje es volcánico y podríamos estar en la luna. A Daniel Pérez, el fotógrafo, le recordaba el cine mudo. Precisamente, la colección está inspirada en un curioso personaje, Georges Méliès, nacido en París en 1861. Era ilusionista, pero además, un romántico empedernido, que vendió la empresa familiar de zapatos y montó un estudio de cine, donde grabó en 1902 «Viaje a la luna».
«Fue la primera película muda de las muchas que grabó. Estuvo en contacto con los hermanos Lumière y gracias a su habilidad para manipular y transformar la realidad a través de la cinematografía, Méliès es recordado como un «mago del cine». Al final de su vida acabó con su pareja al frente de una tienda de juguetes y golosinas, en la estación de Montparnasse. Mi colección se recrea en la esencia de esa cinta cinematográfica, en su autor y en el paisaje de mi tierra. El resultado es una fotografía abstracta, experimental de unas prendas donde el protagonista es el color negro. Soy como Rodin, me encanta el negro, me hermano con el color».
Para Israel, el negro es el color de la elegancia, del no color. Es la estrella de su colección, aunque también están invitados el blanco, los tonos neutros como el piedra o un azul marino muy sutil. «La colección está compuesta por chaquetas, vestidos, camisería, camisetas, pantalones, faldas. Con las camisas he recurrido a un patrón más geométrico, un patrón sin género.También he incluido zapatos y bolsos. El punto, un merino muy fino, es el material predominante, aunque el algodón es la estrella para las piezas de sport». Dice que está cada vez más preocupado por el medio ambiente y que la moda debe dejar de lanzar eslóganes que sólo hacen engañar al consumidor.
«Si haces prendas que exigen de tintados estás contaminando y estás volviendo a contaminar con el reciclado, porque vuelves a realizar el mismo proceso. Todo esto lo sé de primera mano, porque he trabajado con marcas señeras que incurrían en estos despropósitos». Para Israel, las marcas de lujo siguen creciendo, porque es el mercado por antonomasia, sin embargo, la pandemia ha traído una manera diferente de consumir. «Se consume más rápido. La gente planifica lo que va a comprar y luego se olvida hasta la próxima vez. Esa nueva fórmula implica un parón que afecta al personal. Hay períodos con picos elevados, para luego caer la actividad».
Israel Rodríguez, que también es un romántico, pero con los pies en la tierra, le rinde tributo a Méliès, que aunque rodó más de quinientas películas, la llegada de la I Guerra mundial y la transformación de la industria, acabó con su negocio y se retiró en 1923. Ahora, en pleno siglo XXI, se ha interpretado su «Viaje a la luna» en Gran Canaria, «enfocado en el detalle, que conduce a las sensaciones». Bajo la dirección artística de Israel Rodríguez @israelrodriguezstudio, y la fotografía de Daniel Pérez @perezalcuadrado, ha sido la modelo Laura Vega @losrizosdelauu, de la agencia @shomodelmanagement, que estuvo peinada y maquillada por Zoraida Machín @zoraidamachin, la encargada de interpretar la colección.