ISRAEL RODRÍGUEZ O LA EXALTACIÓN DE LA FEMINIDAD

por Clara Guzmán
Foto: @fernandoboschphoto

Vuelve Israel Rodríguez (@israelrodriguezstudio) a telademoda para presentarnos su colección de primavera-verano. En esta ocasión, y adaptados a los nuevos usos y costumbres que nos ha traído la pandemia, el escenario elegido han sido las redes sociales. «Hemos intentado, siguiendo criterios sanitarios, evitar espacios que pusieran en peligro o riesgo la salud». También siguiendo su criterio a la hora de diseñar, la nueva colección «La ciudad abandonada», rezuma arte, literatura y un reconocimiento intrínseco a la mujer.

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«En un primer momento, y sin apartarme de la literatura como fuente de inspiración, trabajé en la idea de Lady Macbeth, una mujer rebelde, que toma las riendas de su vida pero también las de su marido. Sin embargo, la pandemia lo desbarató todo y se me ocurrió el nombre de «La ciudad abandonada». Prendas despojadas de toda ornamentación, sobrias, recias, minimalistas. Sí, en consonancia con el momento que estamos viviendo en todo el mundo. Porque caminamos hacia una mayor discreción, a la búsqueda de una identidad propia».

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«Toda esta situación va a dar pie a un concepto más sereno, más sosegado de la moda. No habrá tanta agresividad en las líneas y todo será más reflexivo». Me cuenta Israel Rodríguez, que tuvo la oportunidad de ver en directo Madrid, y el Metro, vacíos; de observar el desasosiego de la incertidumbre ante el Covid-19. «No sé si tuve la fortuna o la desdicha de trabajar durante el confinamiento. Iba por la ciudad con mi salvoconducto y ese desasosiego que se palpaba me recordaba al caos y al descontrol que viví en Nueva York el 11 de septiembre de hace diecinueve años».

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En su larga e intensa trayectoria, el diseñador canario siempre ha tenido presente a la mujer para ensalzarla, para valorarla y destacar sus múltiples virtudes. «Imagino a una mujer del futuro como en un nuevo Renacimiento, una vuelta a lo clásico. De mi colección han dicho que es «preciosista», pero creo que sí, que es una exaltación de la mujer, de la feminidad. Mi ideal es verla con un vestido azul Klein con cuello a la caja y puntillas del siglo XIX, compradas en un anticuario, en una exposición en la ciudad de los rascacielos, como salida de una caja de Pandora«.

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A Israel le fascina indagar en las vidas de escritoras, de artistas, de científicas y hace suyos los pensamientos de la pintora Gertrude Abercrombie: «No me gustan las cosas complicadas ni los lugares comunes. Mi trabajo viene directamente de mi conciencia interna y fluye fácilmente. Es un proceso de selección y reducción». También admira a su paisana la poetisa de La Laguna (Tenerife) Mercedes Pintó, que tuvo la osadía de dictar una conferencia sobre «El divorcio como medida higiénica», durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

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Dice que al vivir tan intensamente el carnaval de su tierra y llegar a estar saturado de tanto color, brillo, adornos, su trabajo es austero discreto, minimalista. En su colección de primavera-verano ha optado por las sedas y ha seguido su filosofía de respetar el cuerpo femenino, de no esconderlo ni forzarlo. Se define como artesano, «porque no es lo mismo llevar una producción de cinco mil prendas, que ya entras en una cadena industrial, que hacer colecciones pequeñas». Sus colecciones, realizadas con dedicación y mimo, se pueden adquirir «online» (israelrodriguezstudio.com) y en la selecta tienda «In moss» de Madrid.

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