Tantas ganas de que llegara el otoño que cuando llega estamos deseando de que se vaya. Cómo somos los humanos. Que si las molestias de la lluvia, que si la humedad, que si lo bien que estaríamos ahora en una terraza. En fin, toda esa retahíla manida, que deja de ser rutinaria si tienes a mano unas botas de agua Igor, de esas que te miran al bies tus amigas. O sea, te miran al bies porque les gustaría tenerlas. ¿Y a quien no le gustaría calzarse unas Igor (www.igor.es)?
Igor, a pesar de su nombre, es una firma española, de Almoradí, Alicante, que lleva desde el año 1974 diseñando, fabricando y comercializando (así, en gerundio) sus colecciones de botas de agua, cangrejeras y sandalias para los más pequeños de la casa. Pero que dado su éxito decidió apostar el año 2013 por ampliar la oferta a la mujer y desde entonces niños y madres caminan con la misma alegría un día gris de lluvia.
Y caminan con alegría porque Igor es todo color. Ese color que te sube el ánimo y que te hace incluso cantar bajo la lluvia, que dicen que es una manera de hacerla invisible. Este año la paleta se ha multiplicado y hay donde elegir: Frambuesa, turquesa, fucsia, amarillo, menta, coral, burdeos, rojo, “jeans”, marino, verde, marrón, gris y negro. Sin olvidarnos del estampado animal o camuflaje, las ecuestres y todoterreno.
En las botas de estilo ecuestre, que son muy demandadas, la novedad es una hebilla lateral, que redobla su aire hípico. También esta temporada las combinaciones de colores se han ampliado al verde, burdeos, marrones y “jeans”; es decir, tejido vaquero. Para quien prefiera la comodidad de un botín, Igor le ofrece varias modalidades en negro, marino y rojo. Ya sabes, hoy, ponte las Igor. Verás como la lluvia tiene un color especial.