Todos hemos visto las novedades de esta primavera-verano: rayas, colores alegres, con el blanco por bandera en vestidos que evocan la era espacial o lo que entendemos por era espacial, en sus muy «arquitectónicas» hechuras. Vestidos muy Courrèges, para entendernos. Un maestro de la aguja y el dedal que ha inspirado a mucha gente y ahora vuelve a ser la fuente en la que han bebido muchos diseñadores patrios y extranjeros, que saben que, echando mano de los sesenta, nunca se equivocan.
La verdad que muchas veces me pregunto qué sería de las tendencias actuales si no hubieran existido décadas con creadores tan visionarios, que no sólo contentaron a los clientes del momento, sino trascendieron en el tiempo. Ahí están los cincuenta, en costura; los sesenta para darle vitalidad, alegría y comodidad a la indumentaria; los setenta, prolongación de la década anterior y algunas pinceladas de los siguientes años.
Pero es cierto que Courrèges, con esa vida tan apasionante: arquitecto, futbolista y diseñador, ha sido uno de los más copiado. Copiado en su época y ahora. ¿Qué si no se ha hecho en las colecciones de Adolfo Domínguez, Lacoste, Michael Kors, Armand Basi o Marc Jacobs y, evidentemente, Mango y Zara? Si nos ponemos a pensar para eso están los maestros, para que sus alumnos sigan su estela y encuentren en su obra la solidez de la experiencia.
Miras los vestidos de Courrèges y sabes que le dio un vuelco a la moda, al estructurar y simplificar al máximo la ropa femenina. La mujer necesitaba ir cómoda, práctica y distinguida cuando salía de casa en una época en que iba incorporándose al mercado laboral con más soltura. En esos vestidos simples en su complejidad se le notaba al diseñador francés que había pasado por una escuela de campanillas: la del español Cristóbal Balenciaga. Desde 1950 hasta 1961 se empapó de la filosofía del maestro de Guetaria.
Luego, se independizó y se estableció por su cuenta junto a su mujer. Entonces vendrían los éxitos uno tras otro. Tantos que, según algunos entendidos, fue el verdadero creador de la minifalda y no Mary Quant. En 1964 lanza una colección de faldas muy cortas inspirada en la era espacial, o lo que se entendía por era espacial. La prensa se hizo lenguas y se le comparó con Le Corbusier, no en vano Courrèges era arquitecto de formación, además de haber estudiado diseño textil.
Pero fue en 1965 cuando presentó su colección de minifaldas y cambió de esa manera no solo las modas, sino los modos. Era un momento boyante económicamente; la gente estaba optimista y eso se reflejaba en la calle, donde se dirimen los estilos y se lleva la palma el que verdaderamente cala. La minifalda se llevó el gato al agua, así como esos vestidos cortos de alegres colores, a veces en blanco, azul, rojo o verde, en una combinación sutil. O sea, como los que vamos a ver ahora cuando el tiempo se estabilice y no haya que mirar al cielo antes de salir de casa. Gracias, maestro Courrèges.
6 comentarios
Gracias, maestro Courrèges | Telademoda.com
Genial la cabecera de lunares. Como siempre, un placer leer algo bien escrito, para variar.
Hola, felicidades por el blog, está muy cuidado. La cabecera de la Feria es muy buena.
Que articulo tan bueno e instructivo, si señor la minifalda y los sesenta una época que a casi todas nos gusta. Muy inspirador, si señor!!!
Precioso abrigo de Courrèges. Prendas que nunca pasan de moda
La verdad es que al final parece que casi todo está relacionado. Me encantan estas nuevas tendencias 🙂
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