Hay exposiciones que pasan casi de puntillas cuando deberían hacer más ruido para que todo aquél interesado, en este caso en la moda y en su sociología, no se las perdieran. Hoy hacer ruido significa ser difundido por las redes sociales, que, al parecer, son las que parten el bacalao de la comunicación. Claro que no siempre las redes están en consonancia con los gustos de sus usuarios.
Traemos a telademoda.com la muestra que hasta el 19 de enero se puede contemplar en la Galería de Arte Fernando Pinós, en la calle Consejo de Ciento de Barcelona. Allí se dan cita 50 dibujos de Pau Sabaté, nacido en Reus en 1872 y fallecido en 1954, quien destacó como dibujante de figurines de una gran elegancia, realizados en su mayor parte en suaves colores, donde se refleja el estilo de vida de la década de los 30 del siglo pasado.
Las ilustraciones están organizadas por profesiones y en función de los momentos del día; es decir, encontramos desde vestidos de gala o de cóctel hasta la ropa de diario e incluso la deportiva. Con sólo echar un vistazo se puede comprobar la gran influencia del cine negro y la comedia clásica de Hollywood en la indumentaria de los modelos, que transmiten una elegancia impensable en nuestros días.
Pau Sabaté refleja en la sofisticación de sus modelos femeninas y en la distinción de los masculinos (ambos tocados con sombreros, como un signo de la época) su peculiar visión estética de la burguesía catalana, en puertas de que estalle la guerra civil. Sabaté realizó la mayor parte de los dibujos que se exponen unos meses antes de que la contienda bélica diera un dramático vuelco a la vida en las calles de Barcelona.
Pau Sabaté, que comenzó a trabajar en la Casa Rigalt realizando vidrieras, ha pasado a la posteridad como el creador de una serie de dibujos para figurines de sastrería, en los que sus protagonistas tenían el aspecto de gente de mundo, resuelta y cosmopolita. Su estilo recuerda al Art-déco, donde las líneas estéticas beben del mundo del diseño y de las artes decorativas. Una exposición que merece la pena ver.