Dime qué largo se lleva y te diré cómo está la economía

por Clara Guzmán

 

 

Vestido de Paul Made in Sevilla, en La seta coqueta. Foto: Guillermo Taviel de Andrade

Cuentan las crónicas que desde que comenzó el siglo XX ha habido una correlación entre el largo de la falda femenina y los períodos de esplendor y ocaso de la economía. Aunque parezca paradójico, la ropa larga, que precisa más género y mano de obra, está de moda cuando el bolsillo mengua y por el horizonte asoman las nubes negras de la depresión financiera, mientras que la minifalda deja al aire las piernas en épocas de prosperidad.

 

Cardigan y falda midi de la firma Escorpión

 

Cuando sube, la Bolsa arrastra en su acelerada carrera a las faldas, que se encogen considerablemente, pero cuando baja, la «tela» cae vertiginosamente buscando la querencia del tobillo femenino. Estudiosos del tema, que haberlos haylos, han analizado este fenómeno que demuestra una vez más que la moda carece de esa supuesta frivolidad que se le atribuye y camina de la mano de la realidad del momento.

Algunos consideran que la mujer tiende a exhibir sus piernas cuando la economía está saneada, porque la atmósfera general financiera la hace sentirse más activa y la falda corta le permite movimientos más rápidos y seguros. Por el contrario, la falda larga es sinónimo de la austeridad que vive un país cuando las expectativas de riqueza se han desinflado.

 

 

Diseño de Tommy Hilfiger para este otoño-invierno

Esta regla no escrita se puso de manifiesto en la década de los sesenta, llamada  prodigiosa, entre otras razones porque la economía gozaba de una salud de hierro. Las casas de moda intentaron imponer la «midi«, una falda casi el doble que la «mini», en boga en esos momentos. Fue un rotundo fracaso. La respuesta a esta injerencia en la longitud de la falda como barómetro económico, fue la subida de la «tela» hasta descubrir prácticamente la ropa interior. Sólo cuando llegó la crisis del petróleo, en los años setenta, volvió la falda a ocultar las piernas.

 

 

Pippa Middleton también apuesta por el vestido largo para ir a trabajar

El origen de este peculiar sistema de augurar épocas «frías» o «calientes» para la economía está en la aparición de la falda corta en 1925. Denunciada desde los púlpitos de Europa y América, el arzobispo de Nápoles llegó incluso a decir que el terremoto de Amalfi se debía a la ira de Dios contra una falda que no llegaba más allá de la rodilla. ¡Jesús, Jesús! Dos años después la falda alcanzó su mínima longitud (por supuesto no llegó al extremo de la década de los sesenta) y a pesar de la tentativa de alargarla para contentar a fabricantes de telas y de accesorios, se mantuvo en su sitio hasta que la desplazó el huracán que asoló el panorama económico, el «crack» del 29.

 

 

Vestido de Miguel Palacio para Hoss Intropia

¿Y ahora? ¿Qué pasa con el largo de las faldas? Si salimos a la calle el amplio abanico de tendencias es variado. No en vano, estamos en un principio de siglo que propicia lo que ha dado en llamarse el eclecticismo; es decir, se lleva de todo. Sin embargo, la falda larga ha tomado la delantera este verano y continuará esta temporada de otoño-invierno. Este batiburrillo de  diferentes medidas sin que exista ninguna estelar es sólo el  reflejo de  una gran incertidumbre financiera. Un estado mucho más desesperante que la «frialdad» monetaria de las épocas de crisis. He vuelto a releer a los estudiosos del tema y esta modalidad es tan nueva que no la recoge ningún tratado. Como siempre, la solución dependerá de la «tela».

14 comentarios

margarita 5 octubre 2011 - 11:22

A mi me gusta eso del eclecticismo.

margarita 5 octubre 2011 - 11:12

Estoy de acuerdo de que estamos en una epoca de eclecticismo. A mi me gusta.

Gonzalo G. 29 septiembre 2011 - 14:47

Cierto, la austeridad o la bonanza han sido una buena forma de calibrar la catadura moral de una sociedad. Existen ejemplos en la historia. Las bancarrotas del reinado de Felipe II venían acompañadas de un luto más que negro que los cuervos no sólo en el vestuario sino además en la forma de pensar. Pero el progreso -económico o político- no siempre permite una flexibilidad moral; véanse los casos del cristianismo o de la burguesía, clase social conservadora, que surje junto con la revolución industrial.

Nuevamente, la autora del blog nos trae un tema que nos hace pensar. Bravo por ella.

Fernanda ainz de la maza 26 septiembre 2011 - 22:50

Clara: Gracias de nuevo por tus enseñanzas, es curioso yo pensaba que en épocas de crisis el largo de la falda se acortaba porque asi se ahorraba en la tela.
Todos los dias se aprende algo nuevo. Un beso.

angela y adela taller de diseño 26 septiembre 2011 - 14:18

genial el articulo,cada dia te superas mas.besotes .

Conchita Gómez 26 septiembre 2011 - 12:35

Pues toda yo debo ser incertidumbre 😉 porque siempre he preferido las faldas largas 😉 Geniales tus artículos.

Carlos Telmo 26 septiembre 2011 - 11:36

Clara querida, el mundo siempre al revés…
Ahora entiendo lo mío, no me gustan nada los ropajes largos por las calles, solo en alguna fiesta muy especial. Prefiero la falda corta, no cinturón , pero si corta y por supuesto dependiendo de la edad de la que la porte… Definitivamente me gusta la época de vacas gordas, como tonto… ¿no?
¿Cuando nos vemos? Mi más cariñoso saludo,

Carlos Telmo

Coquita 25 septiembre 2011 - 18:44

Siempre interesante. Esta señora y periodista de moda, que es tan amena como didáctica.
¿Ha pensado, Sra Guzman, en escribir un libro que sea mezcla entre sus experiencias dentro de este mundo y una recopilación de sus muchísimos reportajes , de los cuales no recuerdo ningino que pasara desapercibido?.

La animo a plantearse, al menos esa posibilidad.
No comento con frecuencia en su blog, aunque la sigo de cerca.
Me encantaría que una obra de ese tipo viese la luz. Me encantaría.

Keka 25 septiembre 2011 - 16:49

No se de donde saca tanta información pero me gusta. Esoy enganchada a este blog.

MARTA VERA 25 septiembre 2011 - 13:13

Que interesante Clara, yo por mi parte no uso falda corta desde «ya ni me acuerdo»… y eso que no puedo quejarme. Mil besos

Ele 25 septiembre 2011 - 12:50

Me encanta y tambien el vestido primero el de La seta coqueta. Y la foto es guay.

MARIA JESUS 25 septiembre 2011 - 12:34

Magnífico, interesante, entretenido. Viva telademoda, viva.

Alejandro Postigo 25 septiembre 2011 - 12:29

Que buen artículo Clara!!

Alejandro Reche Selas 25 septiembre 2011 - 0:23

Clara, siempre aprendo cosas con tus artículos, qué tema tan interesante, es que eres la caña de España, qué manera tan natural y sencilla de explicar con claridad las cosas y encima aportas siempre datos curiosos y desconocidos. Un saludo, maestra.

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