Siempre he creído que las mezclas son enriquecedoras. Mezcla de razas, de culturas, de creencias, de estilos…De lo físico y de lo psíquico, de lo terrenal y de lo espiritual. Desigual, (www.desigual.com) desde que fue creada en 1984, siempre ha enarbolado la bandera de sazonar sus colecciones con especias de aquí y de allá. Y qué rico todo. Y qué alegre, porque la vida es chula. Hoy traigo a telademoda lo último de esta marca ubicada en Barcelona: diseños híbridos. Un trabajo de sastrería con patrones antagónicos, pero únicos. Prendas ambivalentes que combinan dos estilos y dos mundos en uno.
Me ha gustado ver este mestizaje de las prendas de sastrería y las «casual» o de esport. Al fin y al cabo somos ese cóctel indumentario con sabor a vida. A vida que hay que exprimir, porque luego viene el Covid con las rebajas y nos quedamos sin limones para hacernos la sabrosa limonada. Son versátiles, ya saben, ese adjetivo que nos ha traido la pandemia. Ahora todo es versátil por imperativo legal. Pero estas prendas sí, son variables, únicas y originales por sus dos tejidos tan dispares.
El denim cien por cien algodón y el tejido plana negro. Mitad «jeans», mitad traje. Un puño clásico y el otro vaquero. Botones negros y botones de latón. Diferente e innovador, la marca de la Casa. El «sastre», trabajado con detalle: desde el cruce en diagonal de costura delantera, hasta la unión en las mangas y la espalda de la americana. La «trucker-americana»(cazadora vaquera) es la estrella de la colección. La podemos ver en la mezcla de denim negro, «total-black», que como se sabe es negro total o denim con tartan y bordados.
Pero también la «trucker» con botones de latón, asimétrica, intemporal, con tres bolsillos delanteros y combinable con todos los estilos, que eso es lo que queremos: sacarle rendimiento a las prendas. Pero, además, la colección cuenta con «truckers» que alternan con felpas y bordados de estilo étnico, seña de identidad de la Casa; americanas de hombre que esconden una chaqueta vaquera debajo o pantalones que juegan a dos barajas: A ser cómodos chándales y ponibles vaqueros. Bienvenida la mezcla, porque nos inyecta vida.