El rojo tiene su historia, pero es que estos días ha sido el color elegido por reinas y aspirantes al cargo. Me explico. Nuestra reina Letizia, dicen que conocida mundialmente como «la mujer de rojo», optó en esta ocasión por un tono más coral. Se lo puso para viajar en AVE a Valladolid y dar una imagen muy «laboral/tecnológica» con su portátil en ristre. También Kate Middleton, duquesa de Cambridge y esposa del príncipe Guillermo, ha marcado raya con uno de la firma Goat, que se agotó en un abrir y cerrar de ojos. Sofía Hellqvist, la ex modelo que se va a casar con el Príncipe Carlos Felipe de Suecia, escogió también este color el día de su compromiso oficial. Como verán, la cosa está que arde.
Pero vamos con la historia de este color. En la Edad Media, Pablo el Diácono nos cuenta que los anglosajones y los longobardos eran también muy aficionados a los colores chillones y existen miniaturas del siglo VII en las que se puede ver a alguno de sus reyes con calzas coloradas. Carlomagno era proclive a los colorines y usaba también calzas de hilo de color escarlata con vendas coloradas. En la primera década del siglo XX, el carmesí (crimson) se imponía como color oficial de los abrigos de gala en la corte inglesa, ese color del que se burlaba todo el grupo de Bloomsbury y en especial Virginia Woolf.
Tradicionalmente, el rojo simboliza la fuerza, la vitalidad y el calor, así como la existencia de un peligro inmediato. Fisiológicamente, este color produce al verlo un aumento de la presión sanguínea, del ritmo de la respiración y de los latidos del corazón, preparándonos para emprender una acción física inmediata. La pasión sexual exhibe también una bandera roja: tanto los hombres como las mujeres, cuando se excitan, enrojecen, se ruborizan. No es de extrañar, por tanto, que las prendas de color escarlata o carmesí se hayan asociado tradicionalmente con la agresión o el deseo.
En “Un tranvía llamado deseo”, de Tennesse Williams, Blanche Dubois aparece primero con una vestimenta engañosamente inocente, a juego con su nombre: “Va vestida exquisitamente con un traje blanco de vaporoso cuerpo, collar y pendientes de perlas, guantes blancos y sombrero”. Sin embargo, en privado lleva un quimono rojo, descrito en las acotaciones escénicas como una “bata de satén escarlata”, revelando así que en realidad es impura, una ninfómana de hecho. Lo cuenta Alison Lurie en “El lenguaje de la moda”. El rojo vivo, convencionalmente, está restringido a las mujeres en los albores de su sexualidad y se piensa que es impropio para quienes han superado esta etapa. (?)
Por otra parte, no se piensa que sea poco favorecedor para los hombres mayores, aunque el que tiene más de 50 años y se pone una camisa escarlata está reivindicando, como sus colegas varones más jóvenes, su derecho a un alto potencial sexual o agresivo. El rojo en Roma era privativo de los generales, de la nobleza, de los caballeros patricios, en consecuencia, de los emperadores. En Troya se teñían de púrpura las colas de los caballos que pertenecían a los guerreros más nobles. Color de los más fuertes, el tinte rojo de la púrpura fue el más caro durante milenios. Bueno, pues ahora el rojo es tendencia en función de si lo llevan las que la marcan. O sea, las reinas de la moda.
2 comentarios
Hola, hermosos tus traabjos!! me gustaron mucho,creo que capte un concepto en tu obra que esta muy presente en la cotidianeidad . el sistema. pero tambien interprete que la mata se come al sistema,lo fagocita,en este caso el sistema se representa en la fabrica .me encanto lo que me sugirio a mi personalmente tu obra. soy estudiante de arte del iuna y me gustaria en alkgun momento tomar clases con vos.
Buenísimo.
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