
Cuando saltas a la comba a un ritmo diferente del que marca lo establecido, los sueños pueden desbaratarse o apuntalar su viveza, aunque sea en el muro de las lamentaciones. A veces, darás con la indiferencia, pero otras con el vibrante aliento de quien sólo ve armónica belleza en la rebeldía del distinto, del único. Saltar al ritmo de la libertad siempre ha sonado a música celestial. No pierdas el compás.
Foto: Luis Araujo (@luisaraujophotography). Texto: Clara Guzmán
2 comentarios
Sueños, da gusto leérte Clarae.
Buenas tardes
Muchas gracias, paisa. Qué alegría saber de ti. Un beso.