Es verdad que el perfume Chanel Nº 5 no es santo de mi devoción, al contrario que el 19, con el que me quedo sin dilación. Pero también es verdad que además de reconocer lo revolucionario de sus ingredientes, de su frasco arrogante en su desnudez de líneas y de su lujo aromático, me gusta el olor a limpio de su jabón. No hace mucho tiempo, en una de esas encuestas que se hacen en torno a los perfumes, la mayoría de las mujeres reconoció que prefería un aroma que oliera a limpio. Un concepto abstracto, pero que toma cuerpo y se hace concreto en forma de fragancias, que tal vez rememoren algún episodio de los que se quedan colgados en la mente y vete tú a saber si también en el alma. Cuestión ésta última en la que ni entro ni salgo.
La señorita de la Rue Cambon quiso crear un «perfume de mujer con aroma de mujer». Un perfume femenino singular. Desde que saliera a la luz el 5 de mayo de 1921, Chanel Nº 5 ha sido una de las esencias que se ha mantenido joven, quizás por haber nacido madura. Ernest Beaux, su creador, fue un perfumista que había iniciado su carrera en Rusia. Revolucionó el mundo de las esencias al incorporar por primera vez como ingrediente de base los aldehídos, una sustancia química. Era el primer perfume que lanzaba al mercado una diseñadora. Paul Poiret lo había intentado con anterioridad pero había fracasado. Como nada está quieto y todo evoluciona a pesar de los pesares, ahora Chanel ha lanzado dos nuevos productos, un vaporizador de agua de perfume y un jabón para el baño, con una jabonera translúcida con las siglas de la Casa.
Si oler a limpio es oler a Chanel Nº 5 olamos pues a una sinfonía olfativa interpretada por una gran orquesta, con el ylang-ylang, al órgano; el jazmín de Grasse, al violín y la rosa de mayo, al piano. Así es como lo evoca Jacques Polge, la actual «nariz» de Chanel. Un perfume cuya primera embajadora fue precisamente la propia Mademoiselle Chanel y que andando el tiempo ha sido promocionado en unos sensuales anuncios por el actor Brad Pitt, acusado recientemente de espesito (poco aseado) por algunas publicaciones. Los riesgos de la fama, que se mete hasta en los pliegues más recónditos de la intimidad. En los anuncios, aúna su físico y una esplendorosa voz, la suya, sin doblaje, para incitarnos a hacernos seguidoras del perfume. En esa estela de deseos incluyo el jabón; ese que deja un olor a limpio.
3 comentarios
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El número 5 fué el primero que usé de chanel, en eau de toilette que es más fresco. Siempre me recordó el olor a jaboncillos (de esos que se usaban para meter en los cajones con la ropa) y a polvos de tocador. Ahora con los años, después de peregrinar por diferentes firmas he vuelto y me he quedado con CHANCE eau fraiche… sin duda uno de mis favoritos!!!
Me gustan los perfumes de Chanel, pero el 5 elque me nos. Probaré ese jabón, que tiene buena pinta Si lo dice la bloguera.
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