El hombre azul de Chanel

El azul es el color burgués por excelencia, el de los uniformes y el que evoca lugares paradisiacos, por exclusivos, porque la exclusividad cuando se masifica se convierte en gris. Ahora Chanel nos presenta su hombre azul, nada que ver con un príncipe, porque el príncipe te ata y éste busca constantemente la libertad. Eso dice el anuncio, luego habrá que ver. Bleu de Chanel es una fragancia masculina para un espíritu masculino imprevisto. De los espíritus imprevistos masculinos no me fío, pero por las esencias de Chanel pongo la mano en el agua. En el fuego no que hace mucho calor.

Bleu de Chanel lleva un chaparrón de aromas a madera: Pimienta rosa, notas cítricas y secas de cedro, vetiver de Haití, pomelo, lábdano del estérel, incienso, jengibre de la India, madera de sándalo de nueva Caledonia… Todo encerrado en un envase azul misterioso. Misterioso incluso cuando se abre. En la línea de baño se ha incluido un desodorante, para quien quiera ir «monoolor». El hombre azul de Chanel no tiene nada que ver con el tuareg, el hombre azul del desierto. Azul porque sus túnicas, teñidas con índigo, con el tiempo van desprendiendo el color y les impregnan la piel. El hombre azul de Chanel suele vivir en la ciudad, claro que a lo mejor un día decide conocerse y se va al desierto. Sin olvidar en su equipaje Bleu de Chanel.