Sí, ha salido la Luna. Ha salido la Luna de Victoria. Que es como se voceaba antes por las calles la salida del diario equis o zeta. Con la misma alegría que la llegada al mundo de un hijo. Porque lanzar un periódico cada día tiene su miga, ya sea el panadero diestro o siniestro. Con el mismo entusiasmo voceo la puesta en marcha de este último modelo de zapatilla deportiva de la firma española Victoria, con una de las características que más valoro, tener el corte alto. Las deportivas, las «sneakers» ya están en todas partes. Vas a un acto protocolario y no es raro el mandamás que se las ha calzado para la foto de la posteridad. El otro día el escritor y comunicador Javier Compás decía en su perfil de Facebook: «Hoy me he dado un voltio por el centro. Ellas: Zapatillas deportivas y gabardina. El look». Yo me quedo con las zapatillas Victoria, porque de antemano ya has triunfado.
Según cuenta Nicholette Jones en su libro «La sensación Plimsoll», las zapatillas deportivas, las «zapas», tienen su origen en 1870 cuando se creó el modelo llamado Plimsoll. Su principal rasgo es que tenía una línea de color a lo largo de toda la suela. Esta línea evocaba la de flotación de los barcos (Plimsoll) y de ahí vino su nombre. Las zapatillas de marras las utilizaba la gente pudiente cuando iba de vacaciones, pero muy pronto se las calzaron también los jugadores de tenis o croquet, dos deportes de élite en aquellos tiempos. En 1895 la compañía británica Foster ideó un tipo de deportivas de velocidad provistas de clavos en la parte inferior. Las usaron los atletas y ganaron muchas competiciones con ellas. Eran deportivas «voladoras». No fue hasta comienzos del siglo XX cuando empezaron a usarse en América las primeras zapatillas con suela de goma. Las conocidas como «sneakers».
Desde entonces ha sido una auténtica avalancha de modelos, colores, hechuras. Firmas que han optado por dedicarse en exclusiva a este tipo de calzado dada la gran demanda de consumidores en todo el planeta. Para esta primavera la marca española Victoria ha lanzado Luna, una zapatilla de estilo deportivo y de corte alto con la misma exigencia de calidad que sus antecesoras en el tiempo. Luna destaca por su suela dentada y la acertada combinación de colores alegres y desenfadados. Los hay incluso «serios». Una nueva propuesta de esta firma, cuyos orígenes se remontan a 1915. En una pequeña localidad riojana, Gregorio Jiménez tuvo la ocurrencia de crear unas zapatillas a las que llamó con el nombre de su mujer, Victoria. La marca logró un número de ventas impensable y en 1928 se trasladó a Logroño y amplió sus instalaciones. Con los altibajos propios de cualquier empresa, exporta en la actualidad a diversos países y ha apostado también, como toda marca que se precie, por la sostenibilidad.