Protocolo. La mantilla blanca

Mantillas y mantones de Manila de Ángeles Espinar. Fotos: Chema Soler y Fernando Ruso

 

 

«La mantilla blanca o de color marfil es una prenda que adquiere su máximo esplendor  en el reinado de Isabel II. Por la forma puede ser triangular o de toalla y por sus encajes, de blonda y de encaje de Bruselas, de las que hay que destacar las de punto de aguja, que son de una calidad excepcional», dice Fernanda Sainz de la Maza, experta en Protocolo  y Relaciones Institucionales y miembro de la Asociación Española de Protocolo, en esta nueva entrega, ilustrada por las mantillas y mantones de Manila de Ángeles Espinar, www.angelesespinar.com.

 

 

«Su uso queda reservado para asistir a las corridas de toros, las mujeres solteras, según una antigua tradición, ya que este color simbolizaba la pureza, reservándose el uso de la mantilla negra a las mujeres casadas para asistir a dichas corridas de toros». Hoy en día, esta tradición no perdura, pudiendo utilizar la mantilla blanca tanto la mujer casada como la soltera.  También se usa en la exhibición de enganches que el domingo de preferia tiene lugar en la Real Maestranza de Caballería de  Sevilla. Durante la primera mitad del siglo XX, también se utilizó para asistir a la feria por la mañana. El traje que se lleve con la mantilla blanca debe de ser de un solo color.  No se recomiendan los estampados ni las telas de encajes.

En cuanto a los colores, pueden ser de cualquier tipo salvo el blanco y el negro.  Se requiere que el traje lleve un largo a la rodilla, media manga o manga francesa y cualquier escote. Como tejidos se utilizarán las sedas, satenes, gasas, rasos, creps.  Se recomienda que la hechura del traje sea sencilla, pues se trata de destacar la mantilla.  Siempre se pondrán medias finas de color natural y los zapatos tipo salón, armonizando siempre con el color del traje.  Se lleva una cartera de mano, guantes que pueden ser de raso o de rejilla, pero siempre de color marfil.

Como complemento el mantón de Manila, prenda de uso muy arraigado en nuestra tierra.  Procedente de Manila, eran los envoltorios de los fardos que venían en barco de esas islas. Los españoles, en el siglo XVI, lo descubrieron y lo incluyeron en sus adquisiciones a través de la denominada ruta de los galeones de Manila que llegaban al puerto de Sevilla. Otro complemento de la mantilla es la peina.  Esta será de color más claro que la que se utiliza con la mantilla negra. En Sevilla se la conoce con el nombre de “peina rubita”.  El broche que sujeta a la mantilla por detrás podrá ser de coral, turquesa, brillantes o de piedras semipreciosas.

Los pendientes serán siempre largos, pudiendo ser corales, perlas, turquesas, brillantes, piedras preciosas, semipreciosas…El pelo se recomienda que se lleve recogido en un moño. Con esta prenda se podrán poner lazos y flores en el pelo. Otro complemento será el abanico. Cuando se va en coche de caballos, el mantón se deberá llevar encima de la falda. Por lo que respecta a los actos religiosos, la mantilla blanca sólo la podrán utilizar las reinas católicas españolas y portuguesas, en las audiencias con Su Santidad El Papa. Así también cuando asistan a la misa del Pontificado. Las mujeres cuando se encuentren embarazadas, la podrán llevar ante una autoridad religiosa.

El resto de las señoras para los actos religiosos se pondrán la mantilla negra. Con respecto al privilegio que permitía llevar la mantilla blanca a las reinas católicas y portuguesas, para algunos se trató de un privilegio que el Papa Pío VII  concedió a la reina María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV.  Para otros, un privilegio que otorgó el Papa León XIII a María Cristina de Habsburgo y a la reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII.  En este caso las reinas irán con un traje blanco largo. Las madrinas la llevarán si es deseo de la novia, en este caso el traje puede ser de cualquier color, salvo negro o blanco. Es costumbre en nuestra tierra que en determinados actos religiosos, como coronaciones de vírgenes y conmemoraciones de éstas, las señoras adopten esta prenda como indumentaria».