Los zapatos de Carolina de Mónaco que han revolucionado las redes sociales. Foto: Reuters
Lo siento, como dice mi amigo Carlos Telmo, pero estos zapatos los llevará Su Alteza Serenísima, como apunta Fernanda Sainz de la Maza, Carolina de Mónaco, pero son feos con avaricia. Que la hasta hace poco orillada primera dama de ese país de Irás y te quedarás con los ojos a cuadros, ha renacido al percatarse que su cuñada -a las cuñadas hay que medirlas- no le hace sombra, que mas al contrario le da luz, no es motivo para que digamos amén a todo lo que se ponga. Pues no, estos zapatos de Celine son horripilantes, no ya inquietantes; no, repulsivos y un atentado al buen gusto.
Foto tomada de Hola.com
No le quito méritos a Carolina de Mónaco, con la que muchas generaciones de adolescentes, jóvenes, talluditos y en edad de sopitas y buen vino han soñado con ella filigranas de colores. No, al contrario, me parece una mujer estilosa, ( su madre era guapa y tenía clase, suele pasar); bien cuidada y elegantona, incluso en sus días malos, como cuando se casaron los Príncipes de Asturias, cuestión ésta, junto con la de sus errores matrimoniales, que la hace más humana y cercana. Pero en este caso, su vestido de Chanel no pudo encontrar peor complemento. Es bien cierto que cuando uno se convierte en espejo en el que se mira todo el mundo se llega a consentir todo…Pero…
¿Surrealismo o fealdad? He aquí los zapatos. Foto: Reuters
El zapatero canario Manolo Blahnik decía que el zapato blanco era elegante según y quién lo llevara. Si era Jackie Kennedy no le pondríamos ninguna falta, pero si lo llevaba una cantante de poca monta, entonces… A estos que luce Carolina de Mónaco servidora les pone un sinfín de peros. De color carne (nude para los aspirantes a sentarse en el front row de cualquier desfile), con tacón y la punta en forma de pie, jugando al será o no será una sandalia, los zapatos son antiestéticos. Bien es verdad que quieren imitar a esos originales diseños surrealistas que hizo en su momento Elsa Schiaparelli, la eterna rival de Coco Chanel. Pero nada que ver. Es como confundir a Dalí con Zurbarán y sus santas.
3 comentarios
A mi tampoco me gustan, nada de nada,me parecen vulgares como poco.
Yo, que tengo unos juanetes del tamaño del Peñón de Gibraltar, declaro en pleno uso de mis facultades mentales y estéticas que no me pondré ni estos ni otros zapatos, diseñados, a decir de mi traumatólogo, por cualquier misógino empañado en torturar al género femenino en pos de la elegancia y el diseño.
(…Creo que esto no tendría que haberlo escrito en un blog de moda, ¿verdad, Clara?)
No me gustan nada de nada. Me he fijado en que Su Alteza tiene unas rozaduritas también. Esto también la hace más cercana. Se ve que a ella le encantan. Para gustos colores. Un beso Clara.
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