Me gustan las camisas blancas. Me gustan porque son socorridas, elegantes, te quitan de un apuro y pegan con todo. No pasan de moda, esa especie de espada de Damocles que siempre tenemos encima, aunque es bien cierto que ya cada vez vamos entrando (la necesidad obra milagros) en sacarle partido a todo. Sacarle partido a todo es «revivir» prendas que estaban alicaídas en el perchero y hacer un despliegue personal de gracia y estilo. Sola frente a la creatividad y ahí te las compongas. La camisa blanca es como el vestido negro, en sus dos versiones Petite robe noir o Little black dress, según quiera ser una chic o «cool». He visto camisas blancas en muchas colecciones. Me gustan las de Karl Lagerfeld, las de Stella McCartney e incluso varios diseñadores de trajes de flamenca las han incorporado a sus modelos. Todas tienen una impronta masculina, porque no hay nada más femenino que echarle sofisticación mujeril al guardarropa del hombre. Sin embargo, la camisa blanca por antonomasia es la de Carolina Herrera, quizás porque ella es la camisa blanca. Cuando la lleva puesta irradia personalidad, poderío y esa sensación impoluta de acabar de salir de la ducha. Para esta primavera y según leo en el ABC digital, ha lanzado la CH Carolina Herrera White Shirt Collection, con ocho versiones de la camisa blanca utilizando el mismo algodón. Sin mangas, con una gran lazada, con un volante, destacando los puños… Vamos, para todos los gustos. La diseñadora venezolana que desde 1981 lleva interpretando esta prenda, dice sentirse segura cuando la lleva. En un corto que ha realizado junto a su hija para presentar la colección y en el que derrocha clase y estilo, asegura que «puedes llevarlas con cualquier prenda y cada persona le otorga un aire diferente. Siempre he diseñado camisas blancas, pero no me canso de ellas». Yo tampoco y mucho menos cuando escucho a Ana Belén cantar eso de «España camisa blanca de mi esperanza».
Reflexiones. Camisa blanca
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6 comentarios
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Eterna y vanguardista camisa blanca! El mejor fondo de armario.
Una camisa blanca es un comodín estupendo. Lo mismo te va con unos vaqueros que con un pantalón de fiesta. Yo tengo unas diez en el armario, algunas de hace varios años. El secreto está en cuidarlas mucho y en usar tu imaginación. Las adorno con un collar o un pañuelo y parecen siempre diferentes. Creo que tiene razón usted al compararlas con el vestidito negro. Felicidades.
Junto con los jeans son mis prendas amadas.La camisa blanca es elegante, bella,da seguridad y deja ver lo mejor de ti.
Me gustan las camisas blancas y mucho, pieza comodin, es camaleonica y se adapta perfectamente tanto a unos jeans como a un pantalon de vestir.
Clara: tienes razón ella ha sabido sacar el máximo partido a tan socorrida prenda.
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