Visualicen, ahora que está tan de moda la palabra y el concepto: Una pareja, de cualquier edad, da igual, y él cargando con el bolso de ella como si fuera un lastre o la escenografía de una relación que es un martirio chino. La representación más evidente de que el bolso es un accesorio único e intransferible de la mujer. Un cómplice, a veces con más secretos guardados que los contados a cualquiera de sus amigas más íntimas. Dónde va a parar.
Así que cada oveja con su pareja y el bolso en la mano o en el hombro de la mujer. A veces, a guisa de termómetro, porque a veces el bolso mide mucho la temperatura emocional de su propietaria. Hay quién dice eso de cómo llevas el bolso y te diré de qué café te has levantado esta mañana. Pues vamos a mandar mensajes con, por ejemplo, los bolsos que propone para esta temporada de otoño-invierno Salvatore Ferragamo.
Como resulta que la geometría vuelve a estar de moda en el carrusel de las tendencias, la firma italiana la ha tenido muy en cuenta a la hora de idear su colección. Líneas horizontales y verticales llenas de colores, jugando a los contrastes. Y los accesorios tan primordiales como los bolsos también participan de este espectáculo. Los veremos en forma de bomboneras o limosneras y los ya asiduos «clutches».
Los hay combinados con distintos materiales y colores brillantes, en pieles de diferentes tonos y en negro, con ese alegre festoneado en zigzag que recuerdan los piquillos en algunos trajes de flamenca. Ya saben que un bolso es tan personal, aunque sea un objeto inanimado, que uno debe sentir ese flechazo especial nada más verlo. Si alguno de los que traemos hoy a telademoda.com es el bolso de su vida, ya sabe. Adelante con la tarjeta.